Manuel Parkes Núñez
Concretar la elección democrática de los intendentes, como el gran eje que marcaría la descentralización y empoderaría a las regiones para definir sus proyectos inmediatos y futuros, es una de las tareas que une a los legisladores de regiones.
En el caso Antofagasta, los senadores Pedro Araya y Alejandro Guillier (ambos independientes) concuerdan en que se debe conseguir que el proyecto se apruebe, y con este fin sostuvieron reuniones con el nuevo ministro del Interior, Mario Fernández.
En tales encuentros plantearon que es urgente que el gobierno alcance un acuerdo político con la oposición, para que la ley vea la luz el segundo semestre de este año.
El camino del proyecto ha sido complejo. Comenzó en 2014, cuando la Presidenta Michelle Bachelet junto al entonces ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, firmaron el decreto por el cual ingresaba al Congreso la reforma constitucional que daba inicio a la transformación en la política regional.
La iniciativa luego pasó a estar "dormida" en la Comisión de Gobierno del Senado, y sólo en marzo de este año los legisladores la aprobaron por 37 votos a favor. Eso sí, con serias dudas sobre algunos puntos.
Sistema
El más crítico se refiere al modelo que debe regir para la elección de los intendentes. Aquí la disputa es con la centroderecha, que promueve la elección por mayoría simple.
Sin embargo la propuesta no convence. El senador Araya, por ejemplo, estima que el jefe regional debe obtener, en primera vuelta, al menos el 50% más uno de los votos para poder elegirse, propuesta que se alinea con lo planteado por la Nueva Mayoría (NM).
Alejandro Guillier, en tanto, expresó que esa fórmula es demasiado exigente, aunque tampoco concuerda con la idea de la mayoría simple que lanzó la centroderecha.
El periodista junto a otros senadores independientes, como Antonio Horvart y Carlos Bianchi, propuso que un piso del 35% de los votos es suficiente para asegurar la representatividad del nuevo intendente.
Pero el punto del piso electoral no es el único que preocupa a los parlamentarios.
Guillier expresó que elegir democráticamente a los intendentes es importante, pero sino existe además un Core empoderado, que genere equilibrio y asegure una representación política proporcional, el proyecto no estará completo.
Araya, por su parte, explicó que también es necesario saber cuál es el diseño que tendrá el gobierno regional, porque se puede dar el caso que exista un intendente elegido por los ciudadanos, pero que no tenga capacidad de gestionar recursos y administrarlos.
Reuniones
Apenas asumió el nuevo ministro del Interior, la bancada de senadores regionalistas tuvo un encuentro con él.
"Le presentamos los alcances del tema de la regionalización en materia de elección de intendentes", informó Araya.
Alejandro Guillier expresó a su vez que dicha reunión estuvo dedicada en su mayor parte a analizar la necesidad de mantener la urgencia del proyecto, de manera que en 2017 pueda haber intendentes elegidos democráticamente.
Para Guillier lo ideal es que la ley esté aprobada y publicada en agosto. De lo contrario, la posibilidad de debutar en 2017 se esfumaría.
"Sólo falta la decisión política, y cuando los políticos se ponen de acuerdo en 48 horas pueden sacar la ley", afirmó.
En cuanto al ambiente para ponerse de acuerdo, el parlamentario agregó que "hay muchas dudas todavía en la clase política", refiriéndose en particular a la centroderecha.
Para su compañero en la Cámara Alta, Pedro Araya, el conseguir elecciones de intendente en 2017 dependerá del acuerdo con la derecha y en este punto advirtió que existe "una dura negociación".
En resumen, el proyecto indica que el intendente durará cuatro años en el cargo y podrá ser reelegido por una vez.
También dispone el modo en que el Presidente podrá transferir las competencias necesarias, buscando un desarrollo armónico y equitativo.
Alejandro, Guillier,, senador
"Hay una convicción grande de avanzar a la descentralización, pero si no se transmite poder, esto es una ilusión."
Pedro, Araya,, senador
"Cambiar el modo de gobernar es ceder poder desde la capital a las regiones, para que puedan definir sus destinos".