Imborrable es la imagen de la Selección Chilena alzando el trofeo de la Copa Centenario en Estados Unidos. Se trata de un hito de nuestro deporte y del fútbol, que siendo el más popular, no tiene un palmarés elogioso en 100 años de práctica.
Hasta antes de estas hazañas, nuestro fútbol siempre fue pobre en resultados internacionales, en comparación a esfuerzos individuales de deportistas como Marcelo Ríos, Nicolás Massú y Fernando González, en el tenis; Tomás González, en gimnasia, o el fallecido Carlos de Gavardo, en motociclismo.
Hasta la Copa América de 2015, la Selección Nacional estaba al debe en logros deportivos, exceptuando el tercer lugar en el Mundial del 62, o el bronce en las Olimpíadas de Sidney 2000, entre otros torneos. Faltaba la gran proeza, que ocurrió el año pasado ante Argentina y -por si alguna duda hubiese quedado- fue refrendada este domingo ante el mismo rival, también a penales, esta vez en EE.UU.
Chile es poseedor de la Copa América hasta el 2019, cuando deberá defenderla, y además logró el trofeo de la Copa Centenario, organizada por la Conmebol y la Concacaf.
Con estos trofeos que han llevado alegría al país, la tarea está más que saldada y miramos con otra mentalidad lo que viene, respetando siempre al contrario, pero ahora sabiendo que se puede aspirar a más y que nada es imposible. Chile tiene bien ganado un nombre internacional, fruto de un trabajo serio que comenzó con Marcelo Bielsa, que germinó con Jorge Sampaoli, y que ha sabido mantener Juan Antonio Pizzi.
Pero hay otras enseñanzas que deja este torneo. El compañerismo, la disciplina, el esfuerzo colectivo, la perseverancia y las ganas de ser mejores, son un gran espejo para miles de niños.
El deporte asoma como una ventana de superación personal y de paso permite erradicar algunos flagelos de nuestra sociedad. El sacrificio y el trabajo en equipo siempre tienen su recompensa, gracias a un cambio de pensar para enfrentar los desafíos. Y es que el fútbol es capaz de lograr estos pequeños milagros de unir a todo un país en torno a un triunfo histórico y mirar la vida desde otra perspectiva.