Alto temor a la delincuencia
Es un problema de comunicación y de percepción, lo que sufre la ciudad. Los delitos caen, pero no la sensación de inseguridad. ¿Qué está pasando? Otras de las variables importantes de la encuesta es que se produjo una baja en los hogares que denuncian los delitos, donde se pasó de 63,8% en 2014 a sólo un 48,5% el año pasado.
Es curioso, hasta cierto punto de vista, lo que pasa en nuestra capital regional: aunque la victimización desciende fuertemente, Antofagasta sigue mostrando elevados niveles de temor, según lo confirmó la última encuesta realizada por Fundación Paz Ciudadana, que comparó los resultados 2015 con los arrojados por la misma investigación en 2014.
Según éstos, la cantidad de hogares donde uno o más de sus integrantes fue víctima de un delito (victimización) llegó el año pasado a 36% en la ciudad, esto 12,3 puntos menos que en 2014 (48,3%), y bajo el promedio país, que fue de 38,9%.
Sin embargo, la misma investigación situó a Antofagasta a la cabeza del ranking nacional de "alto temor" al delito.
La encuesta mostró que el 33% de la población siente ese nivel de inseguridad, cifra superior al promedio del país, que es 21,1%, y de Santiago que alcanzó 23%. En 2014 Antofagasta sólo presentaba un 19% de alto temor al delito, y su registro más elevado lo alcanzó en 2011, cuando llegó al 21,4%.
¿Qué podría explicar lo anterior?
Paz Ciudadana detalla que la comisión de delitos podría ser un factor relevante para explicar la sensación de inseguridad. Debería decirse también que al no ser esta una ciudad donde abunda ese tipo de delitos, el efecto es mayor; a lo anterior se suma el efecto amplificador de los medios.
Se trata de un tema complejo, que ciertamente tiene raíces en lo concreto. La cantidad de robos al comercio -según lo dice la encuesta encargada por la Cámara del sector-, o la cantidad de ilícitos en el perímetro céntrico, podrían ser capitales para entender qué está pasando.
No es lo correcto decir que esta es una ciudad corrompida por la delincuencia, pero tampoco es plausible sostener que vivimos en una ciudad sin problemas. Ahora bien, junto con abordar y comenzar a resolver este fenómeno es clave iniciar un proceso de información que limpie la imagen de la ciudad y coloque en perspectiva que esta es una tierra amable y tranquila. La capital regional tiene dificultades, pero nada tan complejo, para rasgar vestiduras.