Dániza Urrutia Sepúlveda
Impactantes casos de abusos sexuales y violaciones se han registrado en el último tiempo en Antofagasta, y que no fueron denunciados cuando las víctimas eran menores de edad. Sin embargo, se introdujeron algunas modificaciones en la ley, precisamente para que los afectados tengan justicia y los agresores no queden en la impunidad.
En abril pasado el Ministerio Público abrió una investigación en contra de un sujeto que utilizando su vinculación a la Iglesia Metodista Pentecostal de Antofagasta logró cometer diversos ataques sexuales en contra de cuatro niños, entre ellos, tres hermanos y un primo. Dos de las víctimas ahora son mayores de edad (21 y 24 años).
Otro dramático hecho afectó a una joven de 33 años, quien fue violada por su padre, un pastor bautista con quien incluso tuvo un hijo, situación que fue corroborada con exámenes de ADN.
Delitos
Para ahondar en este tipo de casos, el fiscal Juan Castro Bekios dijo que existe una norma especial para los delitos sexuales. "Para los delitos cometidos en contra de menores se estableció una modificación el año 2007, que dice que el plazo de prescripción empieza a correr desde que el menor alcanza los 18 años", dijo.
Esto significa que se extienden los plazos de prescripción hasta en 10 años más, porque es algo lógico, que los menores no se atreven a denunciar los abusos por distintas razones. "Con esto se busca proteger a las víctimas que muchas veces quedan a merced de sus agresores, porque viven y dependen de ellos", acotó Castro.
Respecto del perfil de los agresores, el comisario Francisco Ceballos, del Departamento Criminológico de Investigación Forense del Instituto de Criminología de la PDI, explicó que entre el porcentaje de abusadores se sabe que en un 60% fueron víctimas de maltrato físico o sicológico.
"Nos hemos encontrado en algunos hogares que está normalizado el tema de la agresión sexual y por eso hay una cifra negra, que se estima en un 80% de casos que no son denunciados. Nosotros trabajamos con las víctimas en términos de pericia y reparación, por eso tenemos un amplio conocimiento de la fenomenología", precisó el perito policial.
Puntualizó que los agresores sexuales se educan en ese tema a través de sus amigos o con elementos periféricos.
Sostuvo además que para ellos la sexualidad no es un tema que se comente a nivel familiar, y por eso hay una distorsión. Un agresor, por ejemplo, no se relaciona en forma simétrica con su pareja.