-De un abuelo que trabajó en la construcción de la carretera Panamericana financiado por los gringos. La novela me pareció, para mal, muy parecida a cierta literatura chilena: personajes tímidos, dictadura de fondo, imágenes en sepia, poco humor.
De esa "basura" salió el "fisicoculturista fracasado". Díaz Oliva cuenta más. Dice que "en una cena, una escritora chilena medio en broma (o no), dijo que la literatura chilena estaba muy gorda y le faltaba ir al gimnasio. Me di cuenta que nadie escribía sobre músculos y el mundo de los gimnasios y las proteínas. Luego de eso el cuento simplemente salió. Uní esa estética musculosa y chillona con la gente segundona, los que no la hacen en la vida y siguen un programa de escritura curativa que los ayude a superar ese trauma", alega Antonio. Acá un pedazo del cuento, primera página: "Bueno, ahora la firme: apenas llegué a la escuela de físicoculturistas, la primera semana, me enfermé, mamá. Me cagué de miedo y me llené de tristeza. Quería regresar. Acá le dicen homesickness, literalmente estar-enfermo-de-hogar. Mami: me sentí ajeno. Tanta gente musculosa que hablaba puras huevadas; tantas conversaciones aburridas y esos batidos que nunca se acababan; el mismo sabor dulce pero no dulce, y la consistencia como barro en mi garganta. En fin, mami, llevo dos meses mintiéndole. Me salí de la academia hace un tiempo. O en verdad no me salí, sucedió que simplemente no soy bueno, aunque lo intenté. Qué quiere que le diga, no doy el ancho". Y así continúa el carteo del Edipo musculoso.
Las otras historias
"La experiencia formativa" también sigue a una pareja de jóvenes criados en una comunidad hippie de la precordillera e incluye un "réquiem generacional" sobre universitarios suicidas más un hombre con resaca que desemboca entre Coney Island y sus recuerdos. El autor ahora vive en Washington y enseña español y literatura en la Universidad de Georgetown. Además, hace talleres de escritura creativa a niños en una ONG. Cuenta que para infundir respeto en los chicos ha intentado ser cool, "lo cual ya suena loser". Y que les habla de series y libros pero solo lo miran "como alguien más viejo, no más experimentado, sino simplemente más viejo".
Hace poco se mudó a Columbia Heights y vive con algunas personas y el gato siamés "Vintage" que es de todos y de nadie. "Es un gato que anda libre por la vida. A veces desaparece por días; pero luego vuelve y saluda como si nada (...) Yo prefiero las gatas, porque los gatos desaparecen más; se meten en peleas, son como de colegio de hombres chilenos".
Díaz Oliva nació en Temuco. Era un niño gordo que veraneaba en Coñaripe y veía "Robotech" en una gran casa de madera que sus padres hicieron. "Navokov dijo que el pasado es otro país. Yo creo que la infancia también es otro país al que se vuelve a veces", resume Díaz.
-¿Qué tal la vida en EE.UU.?
-No me gusta tanto (Washington) DC, la verdad; me parece una ciudad artificial, diplomática, a ratos, sin sabor. Hace ya un año me mudé a este barrio y por fin me siento un poco más parte. Tengo el trabajo en "826 DC" al lado, (es el nombre de la organización donde hace clases a niños), un parque, un bar donde me conocen y me soportan, una biblioteca pública y un restaurant (Gloria's Pupuserias), donde me alimento de pupusas, unas masas salvadoreñas rellenas con queso y otras cosas.
Zona literatosa
El pasado junio estuvo en Santiago de Chile para presentar su libro. Comió empanadas vio a sus amigos, compró libros y lo sorprendió que gente joven, "gente que no está necesariamente dentro del mundillo o de lo que yo llamo la zona literatosa", se interesara por el lanzamiento. "Llevo tiempo afuera y no estoy presente en el mundillo literario. Creo que nunca lo he estado, tampoco soy Diego Zúñiga", bromea el autor.
Hablando de ciudades que se dejan y a las que se vuelve, cuenta que lo que se extraña son ciertas cuadras o barrios. "Extraño caminar por el centro de Santiago. Por todo el centro. De Nueva York, caminar por Harlem, que es donde más viví. Vuelvo de vez en cuando en bus, y veo amigos, como pizza de un dólar y voy a saludar a un barman que una vez me salvó la vida". No quiere ahondar en el episodio y lo deja en suspenso.
-¿Qué imagen tenías de Estados Unidos antes de estar allí?
-Vengo de familia de izquierda y la imagen estaba mediada por eso: por la idea de que Estados Unidos causó el golpe de Estado en Chile. A su vez, crecí con la cultura pop. Yo tomaba once viendo "El príncipe del rap" o saltaba sobre mi cama escuchando a los Beastie Boys.
-¿Cómo son los latinoamericanos que residen en Estados Unidos?
-El concepto de lo latinoamericano es grande y complejo y paradojal. Salir del país donde uno nació solo sirve para hacerse preguntas. Y una de esas es sobre qué significa ser chileno y cómo definir lo chileno.
Como traductor, Antonio ahora trabaja en los textos de Rodrigo de Souza Leão y Antônio Xerxenesky, dos escritores jóvenes brasileños. Esta tarde escucha a Weezer y el EP de la banda chilena Paracaidistas que pone mientras lee a Groucho Marx.
Antonio díaz Oliva viajó en junio pasado al lanzamiento de su libro a chile.
El relato de
"La experiencia formativa"
Antonio Díaz Oliva
Ebooks Patagonia
110 páginas
$7.000
la muerte remeció
KU
CULTURA & TENDENCIAS
10 de julio de 2016
suplementoku.cl
Por Amelia Carvallo
En cien páginas, cuatro historias arman "La experiencia formativa" , libro de Ebooks Patagonia que fue premiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Una de las tramas tiene de protagonista a un fisicoculturista que le escribe cartas a su madre. Pero "Prefiero a mi mami" viene de un fracaso. La historia fitness pertenecía a una novela que había escrito Antonio Díaz Oliva en Nueva York y que se llamaba "Papeles Panamericanos". Sin embargo, (a él mismo) le pareció tan mala que tiró el manuscrito a la basura, "al lado de un pedazo de pizza podrido y de un condón de esos que dan gratis en los bares de Manhattan", grafica.
-¿Y de qué se trataba?
Andrew Chernin
gabriel díaz