Bryan Saavedra López
El cambio climático ha generado episodios inusuales en el mundo y Chile no es la excepción. En menos de 15 meses, el país experimentó cinco eventos climáticos ligados a este concepto y que arrasaron con casas y vidas humanas, pero al mismo tiempo, también deleitaron a las personas con postales inolvidables, como la presencia de nieve en pleno desierto.
Hablamos de los aluviones del 2015, la última varazón de Mejillones, la lluvia en Calama y la tormenta de arena en Tarapacá (ver recuadros).
Todo esto, sobre todo los de características catastróficas, llevaron a que las autoridades implementen más políticas preventivas, lo que permitió, por ejemplo, que en Tocopilla se actúe con rigurosidad al momento de manejar una emergencia como la del 9 de agosto de 2015.
Estas tragedias desencadenadas por fenómenos climáticos y factores oceánicos como El Niño, trajeron consecuencias positivas para el norte, ya que luego de las lluvias Antofagasta y Atacama se registraron hermosos desiertos floridos.
En ese contexto, la temporada de cambios en el clima trajo una postal que hace años no se veía en Mejillones, donde toneladas de anchovetas quedaron varadas en la bahía. Esto atrajo depredadores naturales que no dejaban escapar a esta especie.
Historia
Para entender estos cambios, el historiador Floreal Recabarren, comentó que "por la década de 1940 los vientos arrancaban los árboles y los postes del Parque Brasil y las lluvias eran esporádicas, pero existían. Por eso creo que no hemos tenido grandes cambios. También en esa época un temporal desarmó el puerto que estaba casi listo".
Al repasar estos últimos eventos climáticos, Héctor Ardiles, también historiador, relató que "a comienzos de 1907, hubo una lluvia muy especial que sorprendió a los antofagastinos y generó molestias porque no había pavimentación. Entonces todo se llenó de barro".
Entre 1947 y 1948 un temporal inundó a Tocopilla y Gatico, localidad que se encontraba en pleno auge con cerca de 3 mil habitantes y fue golpeada por un aluvión, según Ardiles.
"Otra lluvia torrencial se dio en 1977. Antofagasta parecía un diluvio, porque fue toda la mañana y gran parte de la tarde. Y posteriormente, entre 1983, 1984 hubo un ventarrón que arrasó con las casas de material ligero", repasó Ardiles.
Por aquella época, en 1976, el historiador mencionó que hubo una varazón masiva de sardinas y jureles por el sector de la Playa El Cuadro, a la que llegaron los antofagastinos para abastecerse de alimento marino.
Posteriormente, el aluvión del 18 de junio de 1991 fue la última tragedia del siglo XX y dio el paso a las nuevas catástrofes del siglo XXI, que ahora experimenta el norte de Chile.
"La ciudad hoy está más preparada para enfrentar estos desafíos. Sus piscinas aluviales son un logro para mitigar el flujo de agua y barro, pero nuestro talón de Aquiles está en el borde costero, en el biombo natural de Punta Teta que genera la península de Mejillones, que si llega a hundirse por un sismo y baja unos centímetros generará un aumento en el volumen de las aguas. Por eso hay que ponerse en esa situación catastrófica", advirtió Ardiles.
"a comienzos de 1907, hubo una lluvia muy especial que sorprendió a los antofagastinos y generó molestias porque no había pavimentación".
Héctor Ardiles,, historiador
Durante más de 40 días, abarcando mayo y principios de junio, una masiva varazón de anchovetas sorprendió a Mejillones, cambiando drásticamente el ecosistema de la bahía. A pesar de que finalizó el fenómeno, aún no se determinan las causas que lo provocaron. Expertos atribuían la muerte masiva de estas especies, con la llegada de depredadores de agua y aire, a la disminución del oxígeno en el agua. Para ello, el gobierno actualmente licita un proyecto para realizar un estudio acabado de la bahía.
El clima se comportó de una forma extraña durante la madrugada del 3 de junio con un alza repentina de las temperaturas producto de la compresión del viento que bajaba por las laderas de los cerros de Antofagasta. A las 3:45 horas se registraron 27° y luego el viento llegó a velocidades de 60 kilómetros por hora, arrancando techumbres y árboles. De acuerdo a Meteorología, el fenómeno fue gatillado por un sistema frontal que afectaba a Santiago.
Inusual viento en Antofagasta Varazón de Mejillones
Barro, tragedia, muerte, pena, sorpresas, llanto y dolor sintieron los habitantes de la población '5 de Octubre', los principales afectados del aluvión que afectó a Tocopilla el 9 de agosto del año pasado. Tragedia barrosa que, descendiendo en forma de cono, afectó a más de 200 viviendas y se detuvo en los muros del hospital Marcos Macuada. Este episodio dejó un saldo de siete muertos y múltiples cortes de camino que conectaban a Tocopilla con los puntos estratégicos de la región. De hecho el camino a Iquique por la costa estuvo cerrado por más de un mes. Las personas de las caletas que del borde costero de la Segunda Región debieron ser evacuadas como sucedió con una pareja de ancianos que rescataron en un helicóptero. Posterior a la tragedia el gobierno regional comenzó a construir obras para prevenir y disminuir este tipo de daños en el futuro.
Tragedia en Tocopilla
El 25 de marzo del año pasado, precipitaciones inesperadas de más de 60 milímetros generaron aluviones múltiples afectando localidades de la Tercera y Segunda Región principalmente. Estos eventos se produjeron en pleno desarrollo del fenómeno de El Niño, que acrecienta las magnitudes de este tipo de episodios horrendos. Por eso fallecieron 23 personas en el Norte Chico y otras tres en el grande, concentrando sus daños en Taltal, Copiapó y Vallenar, que recibieron lluvias de 67 y 68 mm. respectivamente. En esos días la Tercera Región fue la que más se exhibió en la prensa, puesto que Chañaral prácticamente fue dividido por la potencia del aluvión. Panorama que se replicó en Taltal, que estuvo más de 20 días sin agua. En Antofagasta cayeron 24 milímetros de agua, causando daños en viviendas, principalmente en aquellas ubicadas en pendientes desfavorables para soportar las lluvias.
Este 8 de julio un fenómeno meteorológico denominado circulación ciclónica en altura, desató precipitaciones infrecuentes e inusuales en Calama, donde llovieron 5,4 mm entre las 3 y 9 horas. También hubo nevazón en las zonas precordilleranas y cordilleranas de la región como: Ayquina, Caspana y Ollagüe, afectando, además a mineras que interrumpieron sus faenas. En paralelo el fenómeno atrajo viento que bajó de cordillera a costa, produciendo intensas ráfagas en Tocopilla, donde se registraron 27 hogares dañados. Lo extraño fue que en Iquique a las 10:45 horas, la temperatura subió a 33,4°, batiendo el récord de los 30° de 1951 y, junto con Arica, experimentaron tormentas de arena que provocaron a desaparición de embarcaciones y el corte de luz en más de 100 mil hogares.
Aluviones múltiples en el norte Temporal de viento y lluvias
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