La encuesta da cuenta del panorama político del último tiempo, en el que hemos visto la aparición de nuevas fuerzas políticas que se alejan de los partidos hegemónicos, sostiene Simón Perretta, director ejecutivo de Líbero Consultores.
Llama la atención la enorme dispersión de votos. ¿Cómo puede explicarse aquello?
-Esto tiene que interpretarse como una señal de que en cada elección venidera aparecerán movimientos distintos a los que conocemos, pero no necesariamente de candidatos distintos.
Específicamente, en Antofagasta tenemos una alta dispersión de votos porque el electorado también está en clave de futuro, de movimientos diversos en antagonismo con la visión clásica de la política en clave del Sí y el No. Eso ya no corre para un electorado y menos para un electorado municipal.
¿Qué tan complejo es para la alcaldesa Rojo el resultado ?
-Los candidatos en ejercicio generalmente, son los de principal mención cuando se consulta sobre ¿Quién cree que ganará?. En un segundo análisis, que la alcaldesa no lidere en intención de voto y que obtenga el segundo lugar en la categoría sobre gestión trasunta que los electores aún la ven como alcaldesa y no como candidata, es decir, la ven en clave presente y no en clave futuro. Sin perjuicio de lo anterior, de acuerdo al comportamiento de la muestra de nuestro estudio, lo más complejo para la alcaldesa es que el segmento etario más descontento con su gestión es el de 52 años en adelante, justamente el segmento que más vota en escenarios de alta abstención.
Otro fenómeno es la dispersión de votos en la centroizquierda. ¿Es posible pensar en negociaciones de última hora?
-Desde una mirada de finales de los 90 y de principios de la década pasada, si sumamos los porcentajes de la centroizquierda se llega a casi un 50% en la intención de voto, es decir, amplia mayoría sobre los otros candidatos, de modo que la dispersión le está afectando.
Desde una mirada actual, no creo que sea oportuno ni estratégico pensar que todos ellos responden a una misma visión, son distintos y diversos. Por otra parte, pensar en negociaciones del estilo me bajo y te endoso mi elector, eso ya no funciona, si es que alguna vez lo hizo. En tal sentido, negociaciones de última hora pueden ocurrir, pero si están en la lógica antigua, no les va a servir de nada. Lo que sí creo es que no toda candidatura tiene como fin ganar las próximas elecciones. De modo que más de alguno, sabiendo que va perder, seguirá participando para desde su derrota crecer en contenido y por qué no, presentarse en la próxima elección de diputados, por ejemplo.
En el caso de Daniel Adaro, quien fue el último candidato en aparecer... ¿Seguirá creciendo su intención de voto?
-Es muy fuerte en el sector norte y en menor medida en el sector centro y menos aún en el sur. Tiene además un voto duro en el rango etario de 45 años en adelante. Su oportunidad de crecimiento está en seducir a un electorado más joven, principalmente.
Por último está el caso de Jaime Araya y Ricardo Díaz, dos 'outsider' que parecen terminan compartiendo votación.
-Jaime Araya no es un outsider, viene del mundo político. Ricardo Díaz sí lo es, tanto en forma -considerando su aparición y medios utilizados- como en el fondo -su discurso. De acuerdo a la muestra, compiten por el mismo electorado, en el rango etario de 30-40 años y con educación técnica y universitaria completa, principalmente.