Con estas palabras, "conócete a ti mismo", Sócrates instruía a sus alumnos. "Una vez que te conozcas, podrás aprender a cuidar de ti, pero si no te conoces, nunca lo harás". Conocernos los chilenos puede realmente salvar vidas, en particular en un país tan segregado en el que "nos hacemos la desconocida".
Quizás porque aún no vemos la relación que existe entre nuestras decisiones y la vida o muerte de las personas más vulnerables de nuestro país. Sólo en 2009 fallecían al año 300 personas abandonadas en la vía pública, la mayoría de hipotermia. Vergonzosa indiferencia. En ese momento, organizaciones de la Red Calle junto al Gobierno, se agruparon en una mesa de trabajo para avanzar en una política pública capaz no sólo de evitar que las personas en situación de calle se murieran de frío sino para disminuir el éxodo a la calle y para que existiera una red de programas para que las personas en situación de calle encontraran un camino de retorno a su vida: acogida, salud mental, tratamiento para consumo problemático de alcohol y drogas, reinserción laboral, acceso a la vivienda.
Como un primer paso se implementó en 2010 el Plan Invierno Calle que salvó cientos de vidas. Pero no se creó una política pública con un trabajo sistemático de prevención y promoción, y la calle siguió matando… 31 personas han muerto este año. Y llegamos, cada invierno, tarde.
¿Qué podemos cambiar? Mientras avanza el trabajo de las organizaciones, tu decisión puede ayudar a hacer la diferencia entre la vida y la muerte de una persona en la calle. Sincerémonos. Los límites los ponemos nosotros. Cuando se acerque una persona con evidentes signos de estar durmiendo a la intemperie, con las huellas del abandono, del abuso y la exclusión, ¿qué haremos? Si en vez de subir el vidrio, cruzar al frente o arriscar la nariz nos detenemos, conversamos, nos hacemos sus vecinos. Si el día de frío y lluvia volvemos a ese lugar, le saludamos por su nombre, le ofrecemos trasladarlo a un albergue o a un lugar mejor. Si le preparamos abrigo y comida… haremos la tremenda diferencia.
Conocernos los chilenos hoy sí puede salvar vidas. Compatriotas, no nos hagamos la desconocida. El invierno no es el que mata, lo que mata es la indiferencia.
Pablo Walker S
Capellán general del Hogar de Cristo