Un colegio al servicio de la comunidad
Asesor
religioso
Hacer parte de la historia, que la historia haga parte de nosotros, es un modo claro de que vamos palpitando lo que sucede, aquello que nos preocupa y ocupa. Desde el Colegio Corazón de María nos aventuramos a la Misión de creer en la vida y en la diversidad que ella supone. Nos quedan muchos pasos por dar, pero nos decidimos a correr riesgos en el momento que dejamos que todo aquello que nos pueda interpelar se haga con sentido y sentimiento.
La Misión de un colegio en clave pastoral supone una vida activa que aboga por el deseo de que muchos sean parte de la dignidad de los hijos de Dios. En este proceso de dignificación nos confrontamos con múltiples realidades, con aquellas que nos llenan de alegría y con aquellas que acortan sentido o que dejan paso a la perplejidad. En todo siempre nos circunda el misterio desde aquel pequeño que empieza a escribir, dibujar, soñar, hasta aquellos jóvenes que toman las riendas de sus vidas insertándose a la vida universitaria o en el mundo laboral.
Como casa de estudios en las riendas del Evangelio también somos parte de un ministerio mayor que tiene grandes miras en este año de la Misericordia. Hacer que nuestros niños y jóvenes sean agentes de misericordia nos supone un trabajo conjunto con apoderados y la familia toda que educa para el respeto y la ciudadanía. No existe una misericordia que viva fuera del interés ciudadano, del cuidado del otro que, aunque distinto, supone siempre una posibilidad de encuentro, de comunión verdadera.
Somos un colegio Misionero, por tanto nuestro deber educador nos lleva a lugares mayores que nuestra casa, y esto es un principio de itinerancia que supone vida jugada, estando en continuo diálogo de vida, fomentando una cultura de paz.
Que el buen Dios nos permita tener siempre en el horizonte la posibilidad de responder allí donde la vida reclama, para que, en palabras parafraseadas de Teresa Parodi, digamos también nosotros que caminamos porque "la vida llama a nuestra puerta, nos está llamando…empuja nuestros pasos…nos pide manos tendidas, nos pide tanto".
P. Ezequiel Fernández, cmf