Daniel Contreras Palma
Asus 43 años, de los cuales 13 de ellos se desempeñó como profesor de música en un colegio de Antofagasta, Jairo Hofer dejó todo para perseguir su sueño y transformarse así en cantante, ingresando a la segunda temporada del exitoso programa de talentos The Voice Chile.
Jairo es oriundo de Valdivia, ciudad donde cimentó sus primeros pasos en la música. En Antofagasta vive ya hace 20 años donde se estableció junto a su familia, sus más grandes admiradores. De hecho, fue justamente su mujer, Anahis Peña, quien lo inscribió para participar en el espacio busca talento de Canal 13.
Hoy tras presentarse a una audición, en la que tuvo que enfrentarse a 11 mil postulantes resultando preseleccionado (junto a otras 179 personas), para luego integrar un grupo mucho más reducido de cantantes, este antofagastino por elección es uno de los 40 artistas que cada jueves y domingo pelea sobre el escenario de The Voice Chile para convertirse en el nuevo ganador del programa.
Su último desafió musical lo protagonizó el pasado domingo cuando se midió ante su compañero de equipo Óscar (liderado por el exBunker Álvaro López), logrando imponer su talento accediendo a la etapa de "knockouts", una de las más duras del programa, y donde deberá demostrar si cuenta con lo necesario para llegar a los capítulos en vivo de The Voice Chile.
Conversamos con el representante antofagastino sobre sus aspiraciones en el programa y de paso nos contó sobre sus inicios en la música y parte de su carrera.
¿Por qué decidió ingresar a The Voice Chile? ¿Fue un desafió personal o un tema pendiente en su vida?
-La que me motivó primero a meterme a The Voice fue mi mujer. Ella me dijo que ya estaba bueno de dejar pasar las oportunidades y que era el momento de hacer lo que me gusta. Ella fue la que me inscribió. Al principio dude un poco porque ya tengo 43 años, pero ella me motivó a mostrar mi talento y me dijo que ya había hecho mucho por otras personas y que ahora era mi momento para brillar. Así partió todo.
¿De dónde viene la pasión por la pasión por la música?
-El primer llamado en mi vida, de cualquier cosa, fue a través de la música. Yo estaba en el jardín y a las tías de la época le llamaba la atención que a mis compañeros les gustaba jugar con autitos o muñecas y a mí me gustaba jugar con un piano de madera. Mi pasión por la música viene por parte de mi abuelo paterno que tocaba guitarra y armónica y mi abuelo materno tocaba un montón de instrumentos.
Jairo entró apenas con cinco años a un conservatorio de música en Valdivia donde estudió piano, guitarra, teclado y viola. Cuando terminó su etapa de colegio ingresó a estudiar pedagogía en educación musical. El participante de The Voice es el único artista de su familia.
¿Cómo llegó a vivir a Antofagasta?
-Mis padres se trasladaron a trabajar a la Universidad de Antofagasta. En una oportunidad vine a pasar el Año Nuevo con ellos y salió un concurso para trabajar como profesor en un holding. Al final me quedé con el puesto y trabajé 13 años como profesor. De ahí en adelante comencé a trabajar como comerciante y hoy tengo un mini market en la Coviefi.
¿Cómo se define en materia musical? ¿Cuál es su estilo?
-Soy bien variado, puedo cantar cualquier estilo de música y me sale bien. Obviamente eso es una ventaja a la hora de participar en un programa como The Voice.
En su carrera como músico Jairo ha trabajado con grandes artistas como Nicole, La Rue Morge, Pablo Herrera, Aparato Raro, Aterrizaje Forzoso, entre otros. Además trabajó como productor musical en dos grandes festivales interescolares de música. A ello suma algunas participaciones en los recordados Festivales Naranja.
¿Cómo es la relación con el coach Álvaro López?
-Es muy buena. Sin embargo, hay una coach que pasa mucho más tiempo con nosotros y que creo hay que destacar su trabajo. Ella es Loreto Bisbal, quien trabajó como productora musical de la serie Amango.
¿Cuáles son sus aspiraciones en The Voice Chile?
-Quiero ganar este concurso. Soy un agradecido de lo que estoy viviendo. Ahora pasé a los "knockouts" que es una de las últimas instancias del programa y después viene la final.
Para participar en The Voice Jairo debe viajar cada dos semanas a Santiago para preparar su próxima presentación.
"Yo estaba en el jardín y a las tías de la época le llamaba la atención que a mis compañeros les gustaba jugar con autitos o muñecas y a mí me gustaba jugar con un piano de madera"."