"Hemos decidido tomar acciones legales contra quienes resulten responsables por los daños o agresiones en actos de servicio. Es la primera vez que llegamos a esta instancia".
La frase corresponde al superintendente del Cuerpo de Bomberos de Antofagasta, Paulo Rodríguez, quien manifestó su preocupación por los últimos ataques sufridos por dos voluntarios en el sector norte de la ciudad.
El problema no es nuevo. En varias oportunidades los brigadistas han sido afectados por estos hechos de violencia a través de golpes y pedradas, lo que naturalmente atenta contra el espíritu de ayudar que mueve a estos hombres y mujeres que integran las ocho compañías de la capital regional.
Desde todo punto de vista, el tema es repudiable y complejo. Y si bien en estos momentos Carabineros apoya las labores en algunos puntos considerados conflictivos, es claro que el problema de fondo requiere medidas de largo alcance. Ello además implica encontrar a los responsables de estos actos.
Por lo pronto, los bomberos mantienen una serie de reuniones en distintos sectores de la ciudad, cuyo objetivo es que la comunidad conozca en detalle su trabajo y también dejando en claro que es urgente evitar estas agresiones antes y durante las emergencias, especialmente en los incendios.
De acuerdo a lo manifestado por la autoridad bomberil, estos ataques corresponden a personas que tienen problemas con las drogas o el alcohol, quienes muchas veces no tienen ninguna relación con los afectados por los siniestros.
Es más, los tiempos de respuesta han bajado a seis minutos tras un llamado de emergencia, que es el lapso que corresponde para reunir los voluntarios, movilizar los carros desde los cuarteles y desplazarse a los distintos puntos de la ciudad.
La gente de Bomberos no sólo entrega su tiempo a los demás, sino también expone sus vidas con el único compromiso de servir y ser un aporte a la sociedad. No dejemos solos a estos voluntarios en su eterna lucha por el bien común, ni menos ante estas cobardes agresiones.