Mabel González / Agencias
Las fuerzas armadas de Turquía entraron ayer a Siria, en la primera gran ofensiva terrestre contra el Estado Islámico (EI,) para arrebatarle la ciudad de Yarábulus, el último núcleo importante del que disponen los terroristas en la frontera turca.
La operación, bautizada como "Escudo del Éufrates", está coordinada con la coalición internacional contra el EI que encabeza EE.UU., aseguró el ministro de Interior turco, Efkan Ala.
Pero aunque el objetivo inmediato es la conquista de Yarábulus, una ciudad en la ribera occidental del Éufrates, la intervención también se dirige contra las milicias kurdas de Siria, las YPG, cuyas posiciones se encuentran pocas decenas de kilómetros al sur.
Así lo admitió el portavoz de la Presidencia turca, Ibrahim Kalin, al anunciar en su cuenta de Twitter que la incursión pretende "limpiar la zona fronteriza de todo tipo de elementos terroristas, incluidos el EI y el YPG".
El Presidente Recep Tayyip Erdogan agregó otro objetivo, al subrayar que se trata de "defender con todos los medios la unidad territorial de Siria", en alusión a las supuestas ambiciones del YPG de proclamar en el futuro la independencia del territorio que domina.
La ofensiva
La operación se inició con maquinaria de obra, con la que las fuerzas turcas abrieron un pasillo en la frontera. Lurgo se registró un intenso fuego de artillería, seguido de bombardeos aéreos.
En algún momento de la madrugada cruzaron a territorio sirio unidades especiales del Ejército turco, conocidas como "boinas burdeos" y, depués, una veintena de tanques entró en territorio turco.
El grueso de la operación militar, sin embargo, lo llevaban a cabo brigadas del Ejército Libre de Siria, que avanzaban durante la jornada por los pueblos situados al oeste de Yarábulus, apoyados por un denso fuego de artillería desde Turquía.