Francisco Ortega y la trilogía de los Césares
El periodista y escritor publicó recién "Andinia. La catedral antártica", la última parte de una trilogía en la que buceó por distintas ciudades entre complots, secretos y peligros tras la escurridiza verdad.
Dice Francisco Ortega que una de las palabras favoritas de la humanidad es secreto y que eso quizás explica por qué gustan tanto las novelas llenas de conspiraciones y acertijos. "Siempre que nos dicen que hay algo oculto nos interesa entrar ahí, creo que es parte de un morbo natural, una emoción súper atávica y arquetípica, como el miedo, como el amor", explica el periodista y escritor. Después de una década de trabajo, cerró una trilogía con la novela "Andinia. La catedral antártica" (Editorial Planeta), que se suma a "Logia" y "El verbo Kaifman".
-No queremos aceptar que el mundo es bastante más anodino, ¿no?
-Tiene que ver con eso también. En "Andinia" hay un epígrafe de Alan Moore que niega todo lo que pasa en la novela y por eso lo puse, dice que la verdad es que no hay una conspiración de banqueros judíos, ni hay reptilianos ni extraterrestres, sino que el mundo es simplemente caótico y le tratamos de dar un orden. Como no se puede, inventamos conspiraciones que le den un orden.
Conspiranoia
Francisco Ortega cree que las verdaderas conspiraciones son bastante más fomes que las que muestran el cine y la literatura, pero la historia de la humanidad está marcada por ellas, desde el asesinato de Julio César, pasando por la vida de Jesús, que fue una eterna conspiración entre los fariseos y el Imperio Romano. En su novela "Logia" tira los hilos de nuestra conspiración original durante el proceso de la independencia de Chile y las luchas de poder entre O' Higgins y los Carrera, con la Logia Lautarina y San Martín entre medio. "Lo que hoy día está de moda no es la conspiración, sino que la mezcla de conspiración con paranoia: la conspiranoia", resume.
-Al leer tus ficciones da la impresión que te mueves mucho por el asombro, lo portentoso. ¿Por qué es tan importante?
-Yo creo que más que asombro hay una palabra que nos hemos olvidado y que alguna vez fue muy utilizada y que hoy nadie la recuerda y es aventura. Esa palabra define lo que yo hago, escribir aventuras, y eso implica jugar harto con el asombro, con el descubrir algo nuevo.
-¿Y por qué lo prefieres?
-Lo que me mueve es que me gustaría vivir a mí esas aventuras, básicamente; lo que escribo es lo que me gustaría que me pasara.
Personajes
Dentro de la galería de personajes que pueblan las hojas de la novela los hay de real existencia, como Simón Bolívar, José de San Martín, Arturo Prat y el escritor y abogado Alberto Edwards.
-¿Por qué rescataste la figura del escritor Alberto Edwards?
-Porque estaba buscando un escritor o artista chileno que me sirviera para uno de los arcos narrativos de la novela. Alberto Edwards, además de narrador y cronista, tenía en forma paralela una carrera política y a mí me servía que haya estado en Inglaterra en la época que estuvo. Es súper frío visto así, pero podría haber sido cualquier otro autor, lo rescaté porque encajaba en la época que estaba narrando.
-¿Y qué te parecieron sus narraciones?
-Me gustan mucho, porque Edwards hace un rescate de las aventuras en sus ficciones y crónicas, así que fue una bonita casualidad. Recuerdo que estudié a hartos autores de la época para ver cuál me servía y justo él calzó.
-También le diste importancia a la arquitectura y el trazado de las ciudades.
-Es que yo soy un arquitecto frustrado, me habría encantado estudiar arquitectura, pero soy malo para las matemáticas y tampoco soy muy hábil para el dibujo. Me gusta mucho la idea de la ciudad como orden humano, también la historia de edificios emblemáticos de algunas ciudades. Todo esto ya había aparecido en "Logia", pero en "Andinia" lo rescaté de una manera mucho más obsesiva y más amplia. Por ejemplo, la historia de ciudad de La Plata da para una historia en sí misma, la influencia que tomó de Ciudad de México también, y creo que la figura de la ciudad de Concepción, o la de Santiago, no han sido del todo protagónicas en la ficción chilena. Sentí que esta novela podría hacerse cargo y tomarlo no solo como un adorno, sino como un elemento narrativo de la escritura.
-Es interesante esto de que el trazado de las ciudades no es tan inocente.
-Exactamente, todo es parte de un plan mayor. Además, tiene un factor que ayuda harto al lector, porque cuando está leyendo y le hablas de un edificio que ha visto todos los días, pero no ha sabido mirar bien, se provoca una sintonía si la puedes contar de una forma entretenida.
Best seller
-¿Cómo manejas en términos del ego tu calidad de best seller?
-Trato de vivir bien con los pies en la tierra y no creerme mucho el cuento. En ese sentido "Andinia" se hace cargo del género y se ríe un poco. Claro, te tratan de best seller porque vendiste tantos ejemplares acá, pero a nivel mundial es nada. Y aunque hay que ser bien humilde y entender que no es nada, se produce esa cosa rara de convertirse en una especie de celebridad literaria que no es tan así.
-¿Cómo te llevas con tus colegas escritores?
-Me llevo muy bien con la mayoría, por lo menos con los de mi generación. Ayuda harto que durante años haya entrevistado a varios autores, entonces conozco a la mayoría: gente que hace libros muy parecidos a los míos, como Jorge Baradit o Carlos Basso, a gente que hace una literatura nada que ver con la que hago yo, como Bisama, Zambra o Diego Zúñiga. Yo creo que hay un respeto y se entiende perfecto la cancha en la que cada uno juega.
-¿Has intentado algún tipo de narración fuera de tu registro?
-Sí, lo primero que publiqué fue "60 kilómetros" en 1994. Era una novela muy íntima. También tengo cuentos sobre familias, problemas amorosos, gente encerrada en su cuarto. Creo que es bueno experimentar con registros, por ejemplo, en "El horror de Berkoff": por fuera es una historia de terror, pero los verdaderos fantasmas del libro no son sobrenaturales, sino personales.
El periodista y escritor fransisco ortega se considera un arquitecto frustrado. de ahí sus nexos literarios con la ciudad.
Francisco Ortega
Editorial Planeta
558 páginas
$16.900
"Andinia. La catedral antártica"
Por Amelia Carvallo
monica molina