Mala imagen de la inmigración
Coincidiendo que el fenómeno provoca fricciones, debemos ser tajantes que el grueso de los migrantes es un aporte que enriquece y amplía nuestra cultura. Hay cosas que solucionar, como la Ley migratoria, o la convivencia, o la expulsión de delincuentes, pero no generemos una imagen falsa del extranjero. Hablar generalidades ha causado enormes daños a la vida.
El 78% de los antofagastinos considera que la llegada de extranjeros es "mala" o "muy mala" y apenas el 17% asigna valores positivos a un fenómeno que ha sorprendido a la comunidad local en esta década.
Así lo dio a conocer el estudio realizado por el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte junto a Mori Market Opinión Research International, el cual ahondó en la percepción que tienen los habitantes de la región en distintas áreas, entre ellas, la inmigración.
Lamentablemente, el resultado es muy malo.
El principal motivo de rechazo es la creencia que los extranjeros "vienen a competir por nuestros puestos de trabajo"; más aún, una de las opiniones que más se repite es la frase de que "debería haber una ley que les impida (a los inmigrantes) entrar al país".
¿Por qué sucede esto?
Antofagasta ha sido siempre una ciudad de inmigrantes y de otras latitudes. Croatas, ingleses, helenos, peruanos, bolivianos han ayudado a construir esta región, cuestión que es indesmentible. Tal vez podría decirse que el fenómeno ha sido más potente en este siglo, al punto que el 10% de la población regional nació en el extranjero. Podría argüirse aquello y otras cosas más, pero nada resulta contundente para entender un fenómeno que es preocupante y negativo para nuestra convivencia.
Antofagasta tiene en su diversidad una de sus principales características y fortalezas; ciertamente hay problemas y fricciones, propias de situaciones de este calibre, pero esto no puede cegarnos respecto a que esta es una realidad que le conviene a la región y al país, además de ser un imperativo ético.
Hay dificultades que deben remediarse. Casos concretos, con quienes delinquen, lo anterior no puede ser motivo para motejar a los inmigrantes o a una nacionalidad con comentarios falsos, odiosos, o actitudes que rayan en la xenofobia.
Hay mucho que hacer, sí. Pero debemos demostrar capacidad para observar el largo plazo y trabajar juntos para encontrarnos en nuestros puntos comunes y construir algo nuevo y mejor para nuestra querida Antofagasta.