Chloé Despres Practicante francesa en Ceitsaza UCN
Sin embargo, seis estudiantes universitarios (latinoamericanos y europeos,) afirmaron que sus experiencias fueron positivas y que la multiculturalidad se vive con naturalidad en el ambiente académico.
Manifestaron que uno de los principales desafíos fue comprender el recurrente uso de modismos en el lenguaje, aunque más allá de eso, el balance es rescatable considerando todas las dificultades que implica integrarse a otra cultura.
Al mismo tiempo, los universitarios observaron diferencias entre la percepción que genera su presencia, dependiendo de su región de origen, un fenómeno que, para ellos, en algunas ocasiones provocó momentos buenos y no tan buenos.
En abril de 2014 comenzó un magíster en la UCN y actualmente trabaja como docente en la misma universidad. Aunque, después de todo, evalúa buena su experiencia, observa una gran diferencia entre el ámbito universitario y su vida fuera de este ambiente. Subraya que no hay ningún tipo de inconvenientes en cuanto a la convivencia con sus colegas. "Las calificaciones y rendimientos profesionales que uno tiene se respetan independientemente del origen", explica el ingeniero de 28 años.
Fuera del trabajo, el panorama para él se presenta distinto. "Es innegable la distancia natural con la que a veces me siento observado en la micro, los colectivos o cualquier espacio público." Además, reclama los ciertos comentarios que escucha, reduciéndolo todo a su nacionalidad y los problemas que muchas personas atribuyen a los inmigrantes, como la violencia o el narcotráfico. En este contexto, su trabajo en la universidad es aún más importante como contrapeso positivo y puente a la integración social.
La joven de 22 años llegó a Antofagasta en septiembre de 2015 para realizar una práctica en el Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto (CEITSAZA)de la UCN. Explica que fue recibida de forma muy amable y que pronto se dio cuenta de que "ser francesa es algo bien visto en Antofagasta". Sin embargo, este fenómeno tiene dos caras para ella, ya que siente "que la nacionalidad francesa y el supuesto prestigio profesional que implica, a veces parecen importar más que mis capacidades y rendimientos."
Destaca sobre todo el idioma como factor importante para la integración social. A pesar de ser tratada amablemente, al inicio le costó "formar parte de las conversaciones, sobre todo de carácter privado y amistoso por no entender bien aun las particularidades del español chileno." Por eso, subraya la importancia de adaptarse a los modismos locales y al mismo tiempo, la por comprensión y paciencia por parte de los antofagastinos.
Camilo Pupo Docente colombiano en la UCNEn 2015 inició un intercambio universitario en la UCN, por lo que estuvo viviendo un año en la ciudad. Para la joven de 19 años, ser extranjera de "una forma tan obvia" como en su caso por el color de su pelo , tenía ventajas y desventajas. Reclama que "por la imagen que algunos tienen de los europeos, fue imposible subirse a un colectivo sin haber preguntado por el precio antes, ya que por mi apariencia a menudo me cobraban más."
Sin embargo, en otras ocasiones, esto también le jugó buenas pasadas en cuestiones más triviales. Por ejemplo, en una ocasión "en una disco, aun sin estar en la lista de los invitados, ser extranjera sirvió como excusa para entrar gratis." Entonces, cuenta tanto de formas positivas como negativas de relacionarse como extranjera. Al mismo tiempo declara que el idioma es el elemento más importante para integrarse de mejor forma. "Aunque las diferencias físicas son difíciles de superar, manejar cada vez mejor el idioma permite hacer amigos chilenos y así , formar parte de la comunidad."
Vino a Chile cuando tenía 26 años para estudiar un magíster y luego trabajar en la UCN. Ahora con 29 años, admite que en un principio, su convivencia con los chilenos quizás no era lo mejor por el idioma. Dice que "a pesar de hablar español, los chilenos tienen muchos modismos, entonces, al estar con amigos en una conversación, el comprender en su totalidad la charla era difícil." Sin embargo, este problema se superó con el tiempo y fuera del idioma, de todos modos se ha llevado muy bien con los antofagastinos.
"Incluso me he sentido tratado de manera positiva por ser extranjero, ya que gracias al esfuerzo de muchos compatriotas, el boliviano, académicamente hablando, tiene fama de ser muy aplicado y con conocimientos sólidos en ramas de las ciencias puras.", afirma Castillo. Aunque a veces sus amigos chilenos bromean con el tema del mar, siempre lo hacen sin ánimos de ofender o empezar alguna discusión molesta, por lo que "gracias a Dios" hasta hoy no ha vivido ningún caso de discriminación.
Anna Hulpiau Estudiante belga Derecho
Tras dos años en Antofagasta, Ramírez evalúa su experiencia como "variada". Por un lado, como mexicano no ha tenido ningún problema, "debido a la gran influencia que tienen los medios y artistas de este país en el mundo hispanohablante. Al saber que eres mexicano, la gente es bastante amable." Por eso afirma que la mayoría de los chilenos que ha conocido son muy agradables y "dispuestos a tratarte como si fueras de su familia."
Por otro lado, reclama la diferencia entre la percepción de los distintos grupos extranjeros, ya que para él, es perceptible el "desagrado que tienen algunos antofagastinos con los colombianos." Éste, lo observa a través del hecho de que, a diferencia de su propio país, muchas personas le han advertido "de tener cuidado con ellos y que realmente nadie me ha dicho algo bueno de ellos, como probar su comida por ejemplo." En este sentido, según el ingeniero de 25 años, el desafío futuro para todos los involucrados será que todos un día puedan vivir la misma experiencia tranquila que él también vive como extranjero en Antofagasta, independientemente de su origen.
En agosto de 2015 y por un intercambio universitario en la UCN, la estudiante de 22 años se estableció en la ciudad. Lleva un año viviendo en Antofagasta y afirma que los chilenos son "muy hospitalarios y abiertos", ya que, al darse cuenta de que ella es extranjera, siempre le ofrecen ayuda, "especialmente frente a los problemas con el idioma que obviamente existían en un principio."
Sostiene que sus rasgos tuvieron mayormente implicaciones positivas en forma de "curiosidad, paciencia y comprensión hacia mi persona". Aunque admite que en pocas ocasiones, la atención especial que recibió por ser extranjera europea también tuvo expresiones incómodas como "gritos o silbidos en la calle". Sin embargo, explica que este fenómeno, en su opinión, existe en muchas partes del mundo y que eso no nublará la buena experiencia que vive acá.
Mario Castillo Ingeniero boliviano en la UCN Luis Ramírez Estudiante mexicano Magister Ing. Informática Lisa Geldermann Estudiante alemana de Ingeniería de Sistemas y Control de Gestión
Universitarios cuentan sus experiencias como migrantes en Antofagasta
Aunque las encuestas indican que hay una "mala percepción" hacia los extranjeros, seis jóvenes tuvieron historias positivas en la ciudad.
Sören Schneider
cronica@mercurioantofagasta.cl
El estudio "Barómetro de Antofagasta" -realizado por la Universidad Católica del Norte y la consultora Mori- consignó que un 78% de los antofagastinos encuestados considera la llegada de extranjeros "mala" o "muy mala".
Es más, un 67% estaría de acuerdo con la aprobación de "una ley que les impida (a los inmigrantes) entrar al país".