Sabella, vocación temprana
PA los diecisiete años Andrés Sabella inicia su actividad literaria con la edición y dirección de "Carcaj", una revista de poetas coterráneos nuevos.
En 1930 aparece su primer libro de poemas, que titula "Rumbo Indeciso". A partir de ese momento, el entonces joven escritor no cesa en su actividad, editando nuevas revistas y publicando otras obras literarias de los más diversos géneros.
Así, este "maestro de escritores", como lo llama Efraín Szmulewicz, cultiva la novela, el cuento, el ensayo, el drama, la poesía, la crónica y ejerce también como crítico literario y como antologista.
De todas estas facetas, la que sobresale, abarcando a las demás, es la de poeta, porque Sabella conoce la magia de la palabra evocadora y con ella convierte su prosa en poesía.
En 1934, a los 21 años, estrenó su obra dramática "La Mugre". En 1937 publica "Gómez Rojas" y en 1939, "Popularización de Gómez Rojas".
Un aspecto que destaca en la obra de Sabella es su inclinación hacia la niñez, ya sea como tema de sus poesías o como destinataria de sus mensajes. "Vecindario de palomas" y "El caballo en mi mano" son claros testimonios de esta poesía, juego que gira en el trompo cucarro y se eleva al infinito en el volantín de colores. "Chile fértil provincia" es no sólo un logrado intento de superar el regionalismo y abarcar con mirada cordial toda la larga y angosta faja de tierra, sino también una maravillosa prosa poética destinada a deleitar y a instruir a los niños de Chile.
Dentro de la variada obra de Sabella hay dos constantes temáticas que surgen de lo más profundo de la vocación del escritor: el problema social y su tierra nortina. Esta tierra, hondamente sentida y orgullosamente admirada, define sustancialmente el espacio de sus obras.
Ese Norte que "en imagen y realidad es la cabeza de Chile"; esa cabeza de frente rotunda cuyo acento dominador es la vida; esa pampa que es "universidad para endurecerse en Hombre" es, para el autor, el escenario del heroísmo preclaro.
María Isabel Sáenz-Villarreal