Antofagastina logra nuevo premio literario en EE.UU.
Nortina de nacimiento, periodista de profesión, escritora por vocación, son los tres ejes que marcan la vida de Andrea Amosson (43 años), una antofagastina que ha encontrado su espacio en el mundo de las letras y con ello una promisoria carrera en la literatura internacional.
Luego de un frenesí de creatividad de tres años y tres obras en su haber, está disfrutando de los éxitos cosechados estos años, uno de los que hoy la tiene viviendo a pleno. Este fin de semana recibió una gran noticia: obtuvo el segundo lugar en un importante certamen estadounidense (International Latino Book Awards), que ha tenido como ganadores a figuras de la talla de Gabriel García Márquez e Isabel Allende.
"El premio contribuye a dar a conocer Chile y especialmente el norte, al resto del mundo", comenta la periodista formada en la UCN que ve este reconocimiento como una oportunidad no sólo como escritora, sino como antofagastina y chilena de mostrar lo arraigada que se encuentra a sus raíces pampinas y a la esencia femenina protagonista de sus relatos.
Radicada hace 6 años en Texas (Estados Unidos), nos cuenta acerca del concurso, el trabajo detrás de cada logro las diferentes etapas de su trayectoria.
RECONOCIMIENTO
¿Cómo fue recibir la noticia de su segundo lugar en este concurso tan importante a nivel internacional?
-Todavía estoy muy contenta, porque "Cuentos encaderados" es un libro al que le tengo especial afecto, porque surgió después de una larguísima sequía literaria. Y siento que con él, también recuperé mi voz. Por otro lado, desde que dejé Chile, siento que debo representar de la mejor manera posible a mi país, que soy una embajadora no oficial, porque a través de mi persona, de la forma en que me conduzco, la gente se hace una idea de cómo es Chile.
Tus obras están plasmadas de una esencia femenina y de una vida nortina, ¿pensaste que aspectos tan personales serían primordiales en tu literatura?
-En realidad, no lo pensé. Creo que estuve mucho tiempo explorando el mundo desde la perspectiva de los grandes escritores latinoamericanos. Cuando tenía unos 25 años me alabaron que escribiera "como hombre" y eso fue un signo de alerta porque intuí que no era el camino a seguir. Continué mi búsqueda hasta que de pronto empecé a escuchar las voces de mis protagonistas mujeres. Todo comenzó con la novela Rictus, donde Lucía/Roberta es una nortina que se muda a la capital. A partir de entonces me he dedicado a seguirle la pista a estas mujeres que habitan Chile y que tienen un fuerte nexo con el desierto.
ESCRITORES
Despegarse de estos grandes escritores y de la imagen masculina, ¿siente que ha sido una de las barreras que tuvo que superar para encontrar su propia voz literaria?
-No han sido una barrera, sino más bien una ayuda porque son los grandes maestros de la narración, el suspenso, el desarrollo de los personajes, la trama, etcétera. Para mí, todos esos años fueron de aprendizaje, de leerlos y de tratar de emularlos, pero en el proceso y sin mucha intención, creo que encontré mi propia manera de contar historias, desde una perspectiva de mujer. Me parece una sana y productiva evolución y no renegaría jamás de mis "papis literarios" como me gusta llamarles a García Márquez, Cortázar, Vargas Llosa, entre otros. Creo que todo escritor necesita tener sólidas referencias literarias y leer muchísimo también. Ahora, por una deuda que tengo con las escritoras, estoy enfrascada en leer obras escritas por mujeres.
Ahora que encontró su voz, ¿hacia donde va su literatura o está en una nueva búsqueda?
-Mi nuevo libro se llama "Érase una vez Laurides", es una nueva colección de cuentos donde estuve explorando el humor, la ironía, lo fantástico, lo mágico, la luz y la oscuridad en este lugar ficticio: Laurides. Y las protagonistas, de nuevo, son mujeres. Al momento de escribir estoy lista y dispuesta a seguir las imágenes o las voces que recibo -suena a locura, pero así es para mí el momento de la creación- y entonces no tengo mucho control sobre lo que sale de mí.
En ocasiones he tratado de intervenir más al momento de la escritura y he terminado con benditos mamarrachos. Me imagino entonces que mi aporte es crear estas protagonistas mujeres y contribuir con una imagen más real de la mujer en la literatura, una imagen que en su mayoría y a lo largo de los siglos, ha sido creada por escritores hombres. Dicho todo esto, estoy siempre en una nueva búsqueda o una nueva espera, de saber cuál es la siguiente historia que debo contar.
Todo escritor pasa por distintas etapas de búsqueda, si tuviera que definir su carrera en estos momentos, ¿cómo la catalogaría?
-Acabo de terminar una etapa frenética de creación y ¡siento que corrí la maratón! Estoy acostumbrándome al silencio y la soledad de no tener la cabeza llena de personajes... Por eso, diría que estoy en el goce y en la espera que dará paso a una nueva creación.
"Cuando tenía unos 25 años me alabaron que escribiera como hombre y eso fue un signo de alerta porque intuí que no era el camino a seguir"."