Arqueólogos / estetas
Solo un par de meses separan la aparición de dos libros sobre arte regional. Primero fue el de Lautaro Núñez, con "Pinturas de Gustavo Le Paige", asentado por décadas en la otrora idílica zona de San Pedro de Atacama, es decir, alejado del "mundanal ruido". Luego, "Vivir después de soñar", de Patricio Núñez Henríquez, con los trazos incisos en las rocas de Punta Negra, en las cercanías de Taltal.
La cosa europea, en ambos, sirve de comparación.
Del jesuita, conocemos en sus mínimos 500 ejemplares, pinturas de casonas europeas, casas que admiró en su infancia en Bélgica; paisajes africanos y del ex Congo belga; a mi parecer, un andrógino Jesús adolescente, que se complementan con la figura de Cristo, que sirve para pavimentar el camino hasta llegar a los óleos de San Pedro de Atacama y sus alrededores (ayllu Conti Diuque, Solcor, calle de Toconao; alguna propiedad de Juan Abaroa; imagen del niño Florentino Carpanchai; iglesias atacameñas, cráneos, fardos funebrios y cuerpos momificados de la zona). Todo, sin lugar a dudas, interesante y valioso. Aunque la edición no me satisfizo (calidad del papel, escaso punto de vista artístico valorativo); creo que una segunda edición debiera estar más acorde al trabajo pictórico del sacerdote "atacameño". Le faltó el plus.
El segundo libro, "Vivir después de soñar", con una más madurada elaboración valorativa de los petroglifos del así llamado arte abstracto prehistórico del sitio Punta Negra, que lo acerca y asemeja a obras de un Vassily Kandinsky, Mondrian, Pollok y Antoni Tapies, a la que se debe sumar una maciza bibliografía: Adorno, Eco, Eliade, Hauser, Kant, Levi-Strauss, Marx, Mostny, Capdeville…, que resumen filosofía, estética, arte, política, para estos más de 40 paneles rocosos de batolito con 5 conjuntos de rocas, es decir, una muestra no menor, para aquellas "rayas" o aparentes marcas de afiladores, que indicarían un trasfondo espiritual. En ambos, mucho por ver, descubrir y poner en esferas de conversación estos dos libros.
Sergio Gaytán M.