Mabel González
Un estudio realizado por la Universidad del Sur de California sugirió que la presencia de áreas verdes influye positivamente en el comportamiento de los niños y adolescentes al disminuir sus niveles de agresividad.
Dicha asociación se registró sin importar los factores sociodemográficos ni la calidad de los barrios de los jóvenes y se dio tanto en mujeres como en hombres, según detallaron los autores. También ocurrió independientemente de la edad y del trasfondo educacional de los hogares.
En el análisis participaron 1.287 personas de entre nueve y 18 años, quienes pertenecían a 640 familias de la ciudad de Los Angeles, California Si bien en un principio los especialistas centraron su trabajo en el eventual impacto de la contaminación del aire en el comportamiento de los niños y adolescentes, posteriormente cambiaron su foco a los entornos naturales, porque se dieron cuenta de que era un indicador más fuerte en esta materia.
Tests
Los voluntarios fueron sometidos a tests que midieron sus niveles de agresividad al menos dos veces durante el periodo en que se prolongó el estudio. Asimismo, los padres debieron indicar si sus hijos alguna vez se involucraron en peleas o discusiones, si destruyeron objetos o si trataron mal a otros. Tales actitudes fueron clasificadas por los adultos en una escala que iba de "nunca" a "muy cierto" o "a menudo cierto".
Los académicos, en tanto, midieron la cantidad de áreas verdes en los barrios de los niños y adolescentes por medio de imágenes satelitales. Se consideraron todas las zonas naturales que se encontraban hasta mil metros de distancia de las viviendas de los participantes.
A partir de esa información, el equipo encontró "una fuerte evidencia" de que las superficies con vegetación en los alrededores de los hogares de estos menores redujo la propensión a adoptar actitudes agresivas.
Estos resultados "sugieren un patrón consistente de una menor agresión asociada conel hecho de que los entornos naturales pueden reducir el estrés materno, que a veces lleva a los niños a tener un mal comportamiento.
Además, los lugares verdes pueden fomentar la actividad física y reducir los niveles de contaminación del aire. Asimismo, pueden actuar como un "amortiguador" del ruido ambiental, según han encontrado estudios anteriores.
Salud mental
Más allá de las razones que conlleven estos resultados, los autores remarcaron que su estudio refuerza la evidencia que un ambiente natural tiene beneficios para la salud mental. Incluso, los profesionales sugieren que estas conclusiones se pueden aplicar también a los adultos. Trabajos anteriores han indicado que los lugares con vegetación pueden ayudar a los niños con déficit atencional. Estas y otras evidencias han llevado a algunos médicos a prescribir a sus pacientes pasar más tiempo en parques y entornos similares.
el número 640
de familias que participó en este estudio realizado por la Universidad del Sur de California. 1.000