EAcabamos de celebrar el Día Mundial sin Automóvil, uniéndonos de esta forma a una conmemoración que se realiza en distintos lugares del orbe, buscando generar conciencia respecto de la necesidad urgente de racionalizar el uso del automóvil particular, fomentando el transporte sustentable, como lo son la caminata, la bicicleta y el transporte público en todas sus modalidades.
En Antofagasta, se sumaron las seremis de Transportes, Vivienda y Urbanismo, Medio Ambiente, Gobierno Regional, Municipio y distintas agrupaciones como Antofacleta, Bicivilizadas y Antofa patrimonial, siendo estos últimos quienes contribuyeron con una ruta por el centro de la ciudad, poniendo énfasis en el patrimonio arquitectónico de nuestro centro.
El proyecto de ciclovías ha generado que se levanten algunas voces criticando la medida, a partir de quienes dicen tener mayor derecho al espacio público por pagar permisos de circulación. Sin embargo, los beneficios originados desde la política pública, permiten llegar a conclusiones diferentes: descontando los beneficios para la salud, económicos por menor gasto en combustible, mantención de automóvil y sociales, está la disminución de emisiones de gases originada en la combustión interna de motores. Según www.consumovehicular.cl, un vehículo particular convencional puede generar 6Kg de CO2 por viaje de 10 Km.
Si suponemos solo un viaje diario para ir al trabajo o centros de estudios, tenemos una generación de 30 Kg de CO2 en una semana, llegando en un año a alrededor de 1500 Kg de CO2, o bien 1,5 toneladas. Existe el mercado de bonos de carbono, donde se le asigna un valor a la tonelada de CO2 emitido de acuerdo a las reglas del mercado, siendo el valor de éste, al 21 de septiembre del 2016, de 4,2 euros la tonelada, unos $3.100. Así, un ciclista podría traducir su disminución de emisiones a un total anual valorizado en $4.650.
Por tanto, cuando le digan que un automóvil tiene "más derecho" a la infraestructura pública por pagar un permiso de circulación, dígale que 10 ciclistas, equivalemos a un automóvil. ¿A quién prefiere pagarle el permiso de circulación, a un municipio o al planeta? Recuerde que de nosotros depende el construir una ciudad armoniosa y un planeta para todos. ¡A perder el miedo a pedalear!
Felipe Lerzundi Rivas
Seremi del Medio Ambiente y ciclista urbano