Varas, entre silencios y voces
Dentro de los escritores que de manera contemporánea han "regresado" a Antofagasta, recuerdo al gentil José Miguel Varas Morel. La familia Varas residió en la ciudad, en tanto su padre, también escritor, pero de lo que en su época se llamaban chascarrillos militares, cumplía funciones en el ejército. José Miguel, de paseo por el centro, vagamente señaló que la habitación, estuvo en las intersecciones de las marítimas calles Prat y Condell.
Una de sus lecturas fue en el marco de una actividad de la biblioteca municipal "Mario Bahamonde", sector Norte. La otra, con el apoyo de la U. Santo Tomás, cuando auspiciaba y desarrollaba sus propios café literarios.
Autor de relatos, cuentos, cuya primera obra es cuando frisaba los 18 años; novelas, biografías, ensayos, memorialista; activista por la causa del retorno a la democracia, desde el exilio, no dejó día sin referirse a los hechos que acontecían en el país y que aquí no se daban a conocer; fue a través de su histórico Escucha Chile, donde Varas no silenció su voz. Dentro de sus ausencias presentes su inclusión en Muestra de Literatura Chilena, 1992.
Y de su voz, memorable su lectura acerca de un gato, ronroneos incluidos con distintas impostaciones de sus cuerdas vocales. Sin ser actor, lo era. Fiel intérprete de su obra. Se dio tiempo para referirse a sus contemporáneos, al resaltar en cada uno de ellos su valía intelectual y la posición que les cupo en el desarrollo de la inteligencia nacional.
Por años su nombre no está en el registro de los autores chilenos, pese a que sus textos datan de 1946. Después, el segundo silencio, durante el extenso periodo de la dictadura cívico militar de 1973.
El retorno, lo encuentra productivo. Se vuelve a conocer su literatura, pero ahora para nuevos lectores. Fue necesario que apareciese una antología, con el fin de contextualizarlo. Al silencio de la crítica, dio el golpe al concedérsele el Premio Nacional de Literatura, 2006.
Falleció el 23 de septiembre de 2011. Hace 5 años, que ya no está entre nosotros.
Sergio Gaytán M.