José Domingo Gómez Rojas
En el calendario de los acontecimientos universitarios que embravecía a las milicias de la Federación de Estudiantes de Chile, el 29 de septiembre, ocupaba una primerísima importancia. El 29 de septiembre de 1920 falleció José Domingo Gómez Rojas (había nacido en Santiago, el 19 de junio de 1896), alumno de las carreras de Leyes y Pedagogía en Castellano de la U. de Chile, profesor del Liceo Nocturno "Federico Hansen" y por sobre cualquier otra honra, poeta de ternura humana extraordinaria.
Lo que nos quemaba la conciencia era la razón y el cómo de su muerte: en 1920, la situación internacional amenazaba con trizarse, una vez más, entre los pueblos chileno y peruano. Los estudiantes denunciaron las circunstancias del odio y elaboraron una fuerte grita de paz. Ahí, la voz de Gómez Rojas, fue alta y señera. Cuando se asaltó el local de la Fech, sito en Ahumada 71, el 21 de julio de aquel año, de los primeros detenidos fue el poeta. Su calvario comenzaba. Siguió en la Penitenciaría y concluyó en el Manicomio.
Hijo de chilenos modestísimos -carpintero, el padre; lavandera la madre- desgarróse, rápidamente: agostarse y enloquecer, fue tiempo breve.
Los estudiantes llenaban las cárceles acusados de haberse vendido "al oro peruano". Víctor Raúl Haya de la Torre, al revés, era señalado en Lima, como "vendido al oro chileno". La paz costó, entonces, dolores, angustias y prisiones y una existencia preciosa: la de José Domingo.
Cada 29 de septiembre, con la Fech visitábamos la tumba de Gómez Rojas, cantábamos y se le llenaba de flores.
La vida nos dio un regalo grande: nos tocó el honor de ser los compiladores de la obra total del poeta, publicada por la Fech, en 1937 y 1939, y por Ediciones Ercilla, en 1940.
Además, fuimos los impulsores de la idea de bautizar, como Parque Gómez Rojas, al que se encuentra frente a la Escuela de Derecho, en Santiago. Esta sugerencia contó con el apoyo entusiasta de quien la defendió hasta realizarla: el regidor Astolfo Tapia Moore.
¡Recordemos hoy a José Domingo Gómez Rojas!
Andrés Sabella