Mabel González / Agencias
Después de que el acuerdo de paz con las Farc sufriera una dura derrota en el plebiscito del domingo, los colombianos se preguntan qué ocurrirá ahora en un país golpeado por la violencia durante décadas.
El Gobierno inició ayer una cumbre de partidos políticos y el principal negociador por la parte oficial, Humberto de la Calle, ofreció su renuncia al Presidente Juan Manuel Santos.
"El Presidente ha mostrado un liderazgo valiente, porque prefirió la paz a la inercia de la guerra; valiente, porque se sometió a la decisión de los ciudadanos", dijo De la Calle, que llamó a "buscar un acuerdo nacional".
Gran sorpresa
En lugar de ganar por el margen de dos contra uno que habían anunciado las encuestas, los partidarios del acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) perdieron por un estrecho margen, 49,8% de los votos frente a 50,2% de los que se oponen.
"La paz no ha sido derrotada. Incluso voceros del Centro Democrático han señalado que tienen objeciones sobre aspectos de lo acordado, pero el deseo de paz es universal y unánime", dijo De la Calle.
El Centro Democrático, liderado por el exPresidente Alvaro Uribe (2002-2010) fue el principal impulsor de la campaña por el "no" y el más agresivo opositor a las negociaciones de paz que se desarrollaron con la guerrilla en Cuba.
Tanto Santos como los líderes de las Farc, que alcanzaron el pacto tras cuatro años de difíciles negociaciones, prometieron seguir trabajando sin dar indicios de que quieran retomar una guerra en la que ya murieron 220 mil personas y ocho millones se vieron desplazadas.
Baja participación
Uno de los motivos de la derrota fue la baja participación: sólo 37% del electorado concurrió a votar. Algunos analistas interpretaron el dato como otro indicio de que el ambicioso acuerdo no había despertado mucho entusiasmo entre los colombianos.
Las fuertes lluvias del huracán Matthew afectaron especialmente la participación en la costa caribeña, donde la maquinaria electoral del Ejecutivo es más fuerte y el "sí" ganó por un cómodo margen de dos dígitos.
"No me rendiré, seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato", dijo Santos en un mensaje televisado en el que pidió calma. Pero no estaba claro cómo hará el gobernante, que ya es impopular, para salvar el acuerdo tras la gran derrota política. Con todo, es improbable que los siete mil combatientes de la guerrilla regresen próximamente al campo de batalla. Por ahora, el alto al fuego sigue en vigor, según anunciaron las Farc. De todas formas, Santos ordenó a sus negociadores que regresen a Cuba para reunirse con los líderes de la guerrilla, que recibieron con incredulidad los resultados.
Una opción para el Gobierno sería reabrir las negociaciones, algo que Santos había descartado antes y que De la Calle describió de "catastrófico". El Presidente, al que le quedan dos años de mandato, también podría intentar ratificar el acuerdo en el Congreso o convocar una convención constitucional, algo que tanto las Farc como Uribe habían visto con buenos ojos.
"Creo que sí pensábamos que se iba a ganar", dijo a W Radio el líder de las Farc Rodrigo Londoño, alias "Timochenko". "No significa que ya se ha perdido la batalla por la paz, yo creo que esto antes nos llena de más entusiasmo y nos compromete mucho más", agregó.
Ojos puestos sobre Uribe
Ante la incertidumbre, todos los ojos están sobre el antiguo jefe y principal rival de Santos, el exPresidente Alvaro Uribe, quien dio voz a millones de colombianos indignados por los términos de un acuerdo que permitía a los líderes rebeldes evitar el paso por prisión si confesaban sus crímenes y les reservaba 10 escaños en el Congreso. Tras el plebiscito, Uribe pidió "un gran pacto nacional" e insistió en "correctivos". Ni él ni sus representantes asistieron a la reunión de ayer con los partidos convocada por Santos.