Candidatos sólo gastaron el 7% de lo permitido en sus campañas
MUNICIPALES. Baja de recursos fue suplida con mensajes en redes sociales y fuerte trabajo territorial.
Aunque todavía falta que el Servicio Electoral publique la información definitiva, es claro que las actuales campañas a la alcaldía de Antofagasta estarán entre las más austeras de los últimos años.
Según señala el servicio en su página web, hasta el 19 de octubre, es decir, cuando faltaban 24 horas para el fin del periodo de publicidad, los ocho candidatos que disputan el sillón edilicio manejaban en conjunto aportes por poco más de $106 millones, lo que equivale a apenas el 7% del total que están autorizados a gastar.
En efecto, por ley cada uno podía desembolsar hasta $200 millones ($1.600 millones como suma global), sin embargo, ninguno estará cerca de ese monto.
La información indica que la candidata que más se aproximará será la actual alcaldesa Karen Rojo, quien al 19 de octubre figuraba con un fondo de $36.375.000, compuesto en gran medida por un aporte propio de $33 millones.
Le seguía Andrea Merino, con $27.600.000 provenientes de aportantes públicos y no públicos, y Manuel Rojas con $14.100.000, de origen público y propio (ver tabla).
En concejales, los 97 candidatos sumaban aportes por $31.742.890, indica Servel.
Procesos
Se trata sin duda de campañas que se alejan bastante de los grandes despliegues que se vieron en otros procesos y eso se nota, aunque las cifras duras no sean demasiado expresivas.
Hay que considerar que hasta 2012 la estadística de gasto en campaña era confeccionada con las declaraciones que enviaban los propios candidatos, sin mayor fiscalización del Servel, que sólo realizaba una revisión formal de los datos y calculaba los reembolsos fiscales.
Por eso campañas que en la práctica mostraban gran despliegue de medios y publicidad, en los registros aparecían con cifras de gasto que podían no ser del todo precisas.
Así, en las elecciones municipales de 2012, los seis candidatos a alcalde de la época dijeron haber invertido en total $139 millones, y en 2008 cuatro postulantes informaron un desembolso de $121 millones.
Ese año 2008 se registró la campaña individual más costosa del último tiempo, cuando Marcela Hernando declaró haber invertido $80 millones en su intento de llegar al municipio, objetivo que se cumplió.
Efectos
En general existe coincidencia en que más allá de las cifras, en las campañas de este año el despliegue fue menor.
Una de las dudas que se instala a partir de esto es cómo influirá la escasa publicidad en el interés por votar.
El director de F2 Servicios Comunicacionales, Rodrigo Flores, explicó que en general los candidatos suplieron la baja de recursos potenciando su presencia en redes sociales y con una campaña territorial más fuerte que otros años.
Flores considera que esto es "positivo", pero lleva a preguntarse qué alcance real tuvieron las campañas, es decir, a cuánta gente se pudo efectivamente llegar con los mensajes.
"Esa es una interrogante que recién podremos contestar cuando veamos las cifras de participación de este domingo", agrega el experto.
El director del Instituto de Políticas Públicas de la UCN, Cristian Rodríguez, es más optimista.
El exintendente asegura que el menor despliegue publicitario y mediático no será un factor debido a lo reñida que se observa la competencia electoral, asunto que contribuye a "movilizar votantes".
"En ciudades como Antofagasta, Calama o Tocopilla, ningún candidato tiene la elección ganada y eso genera un interés especial que neutraliza la falta de medios", argumentó.
Rodríguez además advierte que las nuevas reglas para el gasto electoral, y principalmente la prohibición de aportes desde las empresas, hizo que los candidatos volvieran a las campañas en terreno, donde está la "verdadera esencia de la democracia".
"Yo creo que eso es lo más saludable que nos pudo ocurrir. Como país no podíamos seguir en el sistema que teníamos", manifestó, aludiendo a la fuerte participación de empresas en campañas.