"La política en el espacio. Atlas histórico de las divisiones político administrativas de Chile 1810-1940".
Instituto Geográfico Militar, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos. 2016.
El libro que representa las divisiones del poder en Chile
a través de su cartografía
"La política en el espacio. Atlas histórico de las divisiones político administrativas de Chile 1810-1940" es el título de la investigación realizada entre historiadores, cartógrafos y geógrafos, que ilustra la evolución de las divisiones político-administrativas en el país.
Carolina Collins carolina.collins@mediosregionales.cl
Hay mapas económicos, históricos, culturales, físicos y políticos, entre otros más. Todos ellos sirven para representar una realidad, pero, a la vez, son el reflejo de una intención, un objetivo o anhelo que se ve plasmado en esa representación.
Así lo explica el historiador y académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) Rafael Sagredo, quien es uno de los autores de "La política en el espacio. Atlas histórico de las divisiones político administrativas de Chile 1810-1940", libro que partió hace ocho años como un proyecto con apoyo del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) y que contó con el trabajo interdisciplinario de historiadores, geógrafos y cartógrafos; en una investigación en la que colaboraron el Instituto Geográfico Militar, la PUC y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam).
Se trata, según indica el mismo Sagredo, de la primera vez que un grupo de expertos se reúne para plasmar en un atlas las divisiones político administrativas de Chile desde 1810 hasta 1940, año de la creación de la última provincia antes de la regionalización de 1974.
"Nunca se había tenido a la mano una obra de consulta que permita reconocer la territorialidad de cada una de las divisiones político administrativas. Esta es una obra de consulta que va a permitir ser la base de muchos trabajos sobre representación política, orden económico, orden cultural, diferentes fenómenos que se materializan en el hecho de existir o no como provincia, como departamento o como región", destaca quien es uno de los autores del trabajo.
territorio dinámico
A lo largo de la historia de la República de Chile, las divisiones administrativas del país han sido modificadas por distintos factores; desde la primera, que abarcaba todo el territorio desde Copiapó hasta Chiloé, pasando por la regionalización del 74 y hasta la última incorporación de dos nuevas regiones, en 2007.
Todo, con el objetivo de que el Estado pueda ejercer su soberanía, generar sentido de comunidad y sobre todo, organizar la representación política de los ciudadanos.
Así es como el territorio y sus divisiones según administración han definido la representación ciudadana en el Parlamento, lo que ilustra cómo esas divisiones, que aparecen ilustradas en esta representación cartográfica, han tenido a lo largo de la historia una relación directa con el quehacer de las autoridades y con la población del país.
Este atlas, que llega hasta el 74, permite mirar la evolución en el tiempo y en el espacio de cada una de las divisiones político administrativas de Chile, lo que a su vez plasma distintos objetivos del Estado a lo largo de ese período.
"La principal razón para hacer divisiones político administrativas es para ejercer el poder, eso es propio del siglo XIX, en donde también hay elementos como el problema de organizar la República, favorecer el sentido de nacionalidad y comunidad", explica Sagredo.
"En el siglo XX el principal objetivo era promover el desarrollo económico y social", agrega, pero destaca que a lo largo de la historia del país, el objetivo que siempre ha estado presente ha sido el de organizar la representación política de los ciudadanos.
Así es que, desde el siglo XIX en adelante, muchas provincias surgieron por la necesidad de crear nuevos representantes en el Congreso.
Sin ir más lejos, con el nuevo sistema electoral que puso fin al binominal, si bien no cambiarán las divisiones administrativas del país, sí se modificará la distribución de los senadores y diputados, con el fin de mejorar la representatividad.
Chile en tres partes
En 1930, el Gobierno de Chile contrató al naturalista francés Claudio Gay para que hiciera un viaje científico que duró tres años y medio, con el objetivo de hacer un catastro para el Estado de los recursos naturales del país.
Uno de los resultados de ese viaje fue el primer mapa encargado por el Estado de Chile, cuyo borrador fue entregado por Gay en 1936 y que da cuenta no sólo de la geografía del territorio, sino de las ambiciones que en ese entonces movían al país.
Así, ese primer mapa muestra un Chile comprendido entre lo que hoy es Copiapó y Chiloé, y además grafica los territorios que más adelante fueron integrados. "Pero eso no significaba que el Estado o la comunidad llamado Chile abarcara todo ese espacio, pero el plan era hacerlo", explica el historiador, quien destaca que "ahí tienes una representación que muestra un futuro, un futuro al que llegamos y superamos, porque Chile se expandió hacia el sur y hacia el norte a lo largo del siglo XIX".
De ahí que Sagredo concluya que "el mapa tiene una intención". "No hay una cartografía neutra, tampoco hay una de una vez y para siempre; hasta los fenómenos que parecen más ciertos pueden ser objeto de una representación que difiera", enfatiza.
Evolución de las cosas
Por eso, el académico resalta que no existe un territorio fijo, sino que éste es permanentemente dinámico. Y lo es hasta la actualidad, que hemos seguido incorporando nuevas regiones, como las de Arica y Parinacota y Los Ríos, creadas en 2007, que además implicaron la adición de dos provincias.
Y así ha ocurrido desde el inicio de los tiempos de la República. De esta manera, a la primera división político administrativa, realizada en la década de 1810, le siguió la creación de ocho provincias en la década de 1820, que a partir de las tres primeras divisiones originales planteó un nuevo panorama.
En las siguientes décadas, la misma dinámica chilena fue dando paso a la creación de nuevas provincias, hasta 1940, cuando se estableció la vigésimoquinta, que corresponde a la de Osorno.
Posteriormente vino la regionalización y la creación de las dos nuevas regiones. Y hoy el tema se vuelve vigente, en momentos en que el Parlamento discute el proyecto que busca la elección de intendentes, actuales representantes de la Presidencia en las regiones, autoridades que pasarían a llamarse gobernadores regionales, en caso de que esa iniciativa prospere.
Ese nuevo cargo implicará una nueva administración del poder, con la descentralización como horizonte, algo que, según el mismo Sagredo, dependerá de las atribuciones que se le den a la nueva autoridad, "porque si se eligen y no tienen presupuesto, atribuciones, la verdad es que va a ser una figura casi decorativa", opina el académico.
"La principal razón para hacer divisiones político administrativas es para ejercer el poder, eso es propio del siglo XIX, en donde también hay elementos como el problema de organizar la república, favorecer el sentido de nacionalidad y comunidad".
"No hay una cartografía neutra, tampoco hay una de una vez y para siempre; hasta los fenómenos que parecen más ciertos pueden ser objeto de una representación que difiera".
Dinko Eichin Frost