Cristian Castro Orozco

"Sé que iban varios candidatos, pero aparte de Karen Rojo, no conocía a los otros. Además tenía que votar en el sector norte, yo vivo en el centro y tenía cosas importantes que atender. Por eso no voté", cuenta la universitaria Camila Osorio, quien es parte del 71,56 % de quienes se abstuvieron de sufragar en Antofagasta.

Y es que la alta abstención preocupa si se considera que, el índice a nivel nacional, fue de un 65%, dejando al país con un negativo resultado histórico en cuanto a la participación ciudadana.

Ante esta situación, surgen los debates sobre si es necesario o no el permitir el 'voto voluntario', pero también el motivo del por qué la gente ya no está interesada en elegir a sus autoridades comunales.

Clase política

Analistas y expertos coinciden en que la alta abstención es el resultado de la pérdida de la confiabilidad y el mal manejo ejercido por la clase política dirigente.

Sin embargo, un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el cual se midió la participación cívica de Chile desde el retorno de la democracia, concluye que gran parte de quienes no ejercen su derecho ciudadano lo hace más por un tema de desinterés que por el desencanto político.

El informe detalla que "la disminución en el porcentaje de votantes en relación al padrón electoral que se ha evidenciado en Chile entre 1989 y 2013, no está dentro del promedio de América Latina o de la OCDE, sino que destaca como una de las más agudas a nivel mundial".

El documento expone también que, en términos absolutos, el número de votantes se mantuvo relativamente estable entre 1989 y 2010, pero bajó significativamente cuando aprobaron el 'voto voluntario' para la elección de alcaldes y concejales en 2012.

Sin embargo, lo interesante es que gran parte de quienes no votan es porque prefieren hacer otro tipo de cosas o 'les dio lata', como dice el documento. Sólo un 3% no votó porque encontró en ello una manera de protestar contra el sistema.

La doctora en Ciencias Políticas, Francis Espinoza, opina que en estas elecciones el ciudadano tenía una opción para marcar su voto, y que, incluso no teniéndola, podía marcar nulo.

"En estas elecciones la variedad de candidatos daba para todos los gustos, habían rostros tradicionales pero también candidatos nuevos, jóvenes y díscolos. Pero ni siquiera eso motivó a las personas para sufragar", dijo la experta.

Por su parte, el sociólogo Eugenio Tironi explicó que en esta práctica hay un tanto de conformismo en la ciudadanía.

"Hay dos cosas. Primero, creo que la gente está desanimada porque siente que no cambiará nada con votar, entonces ¿para qué participar si todo va a seguir igual? Mejor me quedo en la casa. Ahora lo segundo, si las cosas de verdad marcharan tan mal como ellos dicen, entonces votarían. Votarían al menos para cambiar algo. ¿Por qué no votan entonces? Yo creo que hay algo de conformismo", explicó Tironi.