Drogas en adolescentes: riesgo inminente
Lamentablemente, la experimentación con las drogas en adolescentes se ha transformado en una situación habitual en nuestro país, donde a muy temprana edad, niños comienzan experimentando con el tabaco y el alcohol y siguen con la marihuana y otras sustancias como psicotrópicos o "pastillas".
No cabe duda que el consumo de drogas está claramente asociado a otras conductas de riesgo, que pueden derivar en hechos delictivos e inclusive la muerte.
Modelos y teorías explicativas sobre el consumo de drogas, aluden que el problema de edad de inicio, uso y abuso de drogas, no se da aisladamente.
Por cuanto el consumo puede ir desde factores de predisposición por padres consumidores previo a la gestación o durante ésta, como también aspectos familiares, de pobreza, fracaso escolar o bajo rendimiento académico, problemas de salud mental; por mencionar algunos.
Evidentemente, la familia es el pilar más relevante en los procesos formativos de niños, niñas y adolescentes; ya que es en estas etapas en que empiezan a socializar, aprender y adquirir creencias, actitudes, valores, a interiorizar las normas sociales y aprender sobre las consecuencias de sus acciones, de la percepción de riesgo, etc.
A modo de prevención, tanto del consumo de drogas como de otras conductas de riesgo; se hace necesario mejorar el bienestar social de niños, niñas y adolescentes.
En este sentido, es fundamental el brindarles mayores oportunidades, escuelas inclusivas y espacios saludables en los que se les permita desarrollar en plenitud sus capacidades y expresar sus opiniones como sujetos de derecho.
Queda claro que si los padres y/o cuidadores se involucraran más en la vida y desarrollo socio-emocional y educativo de sus hijos; lograríamos que los adolescentes tomen mayor conciencia de su realidad personal y social; viéndose potenciando su autonomía y responsabilidad de sus actos.
De esta forma estaríamos promoviendo factores protectores, mitigando así los de riesgo, como el abuso y/o la dependencia de drogas, entre otros.
En síntesis, debemos potenciar como sociedad verdaderas alternativas constructivas del ocio y tiempo libre, como parte del proyecto de vida de los adolescentes. Se deben promover estilos de vida saludable; y de esta manera potenciar sus recursos personales, para ayudarlos a hacer frente a la presión del entorno (grupo de pares, medios de comunicación, modelos disruptivos o refractarios a la ley).
Fomentando con ello una actitud más responsable y autónoma en la toma de decisiones; incrementando la percepción de riesgo y las conductas de autocuidado.
Psicóloga Unidad de Defensa Juvenil
Defensoría Regional
Golda Barrientos