Una malformación de su pierna derecha al nacer llevó a sus padres a tomar la decisión de amputársela a los cinco años. Desde entonces, Bryan Tapia, estuvo en rehabilitación en la Teletón, confinado a una silla de ruedas mientras desarrollaba su tratamiento.
Durante su estancia en el recinto de Avenida Angamos, practicó varios deportes como una forma de recrearse mientras pasaba el tiempo entre sus tratamientos.
Uno de ellos fue el tenis, disciplina que 13 años más tarde lo llevaría a coronarse como campeón del torneo en silla de ruedas "Open Antofagasta", dentro de la categoría junior.
Actualmente el antofagastino, perteneciente a la Escuela de Sillas de Ruedas de AutoClub y padre de familia, sueña con profesionalizarse en esta actividad y poder llegar a ser el número uno del mundo y demostrar que "todo es posible".
El tenis fue como una terapia para el joven antofagastino, que con el correr del tiempo lo transformó en uno de los exponentes más importantes del circuito continental.
"Me gustó desde niño, desde que lo practicaba en la Teletón para recrearme. Dije que esto era lo que quería hacer y desde hace tres años, pegué el salto y me decidí a intentarlo", dijo el tenista en una entrevista a este medio.
Tapia ha realizado la mayoría de su carrera junto al número uno de Chile de tenis en silla de ruedas, Alexander Cataldo, también perteneciente a la escuela de AutoClub.
Con él, logró triunfos importantes, como el título de vicecampeones en el mundial de Tokio. Una bonita amistad, pero que deja entrever una notoria distancia entre sus habilidades.
"No exite rivalidad con Alexander, todo lo contrario. Estoy consciente de que él es mejor en el tenis de silla de ruedas que yo, pero eso nos permite ayudarnos y mejorar. La idea que tenemos todos los que pertenecemos a la escuela de tenis (de AutoClub) es que si uno está más alto, tiene que ayudar al resto para que todos lleguemos arriba y seguir subiendo y no quedar atrás. En ese sentido él me ha enseñado mucho", concluyó.
El último título fue el junior conseguido recientemente en Cali, Colombia donde Cataldo triunfó en adultos.
Daniela Rojas
"El sonido, otra forma de estudiar las estrellas", es el nombre del innovador proyecto que compitió en la Feria de Ciencia e Ingenierías en México 2016, trabajo que fue condecorado con el segundo lugar entre 154 proyectos e investigaciones de todo Latinoamérica.
Una de las participantes en este proyecto es la alumna de segundo medio del Giant School, Daniela Rojas, quien junto a Mayte Cornejo desarrollaron esta revolucionaria idea que mezcla la computación con la astronomía.
"Se trata de la creación de un software que permite captar los datos de una estrella y esto los transforma a un sonido", explica la joven antofagastina los alcances del invento.
Con 15 años, Daniela reconoce que su afición por la computación y la ciencia comenzó desde muy pequeña, pero que recién en séptimo básico ingresó a la academia de astronomía del mencionado establecimiento educacional.
"Me llamó mucho la atención eso poder descubrir algo más del universo, que es algo tan grande y que debe ser estudiado. En Antofagasta falta gente especializada que enseñe de astronomía a los niños. Si se hacen talleres en los colegios se podría motivar a más jóvenes a trabajar en la ciencia más allá de la biología o la química. Hay algo más allá de eso", dijo la joven científica.
Pero, sin dudas, una de las experiencias que más marcó la corta carrera en las ciencias de Daniela fue el concurso donde participó en México.
"Fue una experiencia genial, algo muy bueno para nosotras porque conocimos más gente y pudimos desarrollar el proyecto con otros astrónomos. Incluso nos dieron becas para estudiar allá cuando cumplamos 18 años", agregó la alumna.
Para Daniela Rojas, el futuro estudiantil estará en la informática, carrera que quiere seguir una vez salida de cuarto medio, aunque reconoce que su vida no sólo está ligada a los computadores y la ciencias.
Afirma que le gusta leer, pintar y practica arquería en los pocos tiempos libres que le deja el proyecto y el colegio.
"En mi tiempo libre me dedico a programar mucho, porque me gusta la informática. Es a esto lo quiero dedicar mi vida y espero que me vaya bien en mi carrera", concluyó la estudiante.