Amante del folclor y la actividad física, Michael Oyanedel lidera un proyecto bastante novedoso para el desarrollo físico de grandes y chicos en la región.

La idea de este joven antofagastino de 27 años es mezclar ambos estilos para crear lo que él denomina Fitfolk, actividades fitness junto al folklore.

"Yo siempre he trabajado en lo que es el folclor, y esta es una forma de enseñarlo diferente, una forma más dinámica y entretenida. Mezclé esto en la universidad cuando estudié educación física y se me dio la oportunidad de hacer ejercicios con el folclor y esto fue creciendo con el tiempo", sostuvo Oyanedel.

Si bien no tiene un gimnasio propio establecido en donde enseñar esta nueva modalidad, Michael imparte cursos en diversos centros de entrenamiento en la ciudad, pero siempre teniendo claro que el folklore es lo primero.

"Se trabaja a través de clases personalizadas para personas que deseen hacer alguna actividad física o recreativa. Mucha gente opta por hacer zumba, que es una disciplina muy conocida, pero nosotros tratamos que la gente se folclorice y haga estas actividades físicas con música que no es tan popular pero que suena igual de bien", agregó.

El método que utiliza Oyanedel es mezclar los movimientos tradicionales del folclor con los ejercicios para trabajar distintas partes del cuerpo dependiendo de la danza.

"Es enseñar folclor mientras te ejercitas sin dañar la raíz folclórica. La personas que nunca aprendieron a bailar caporales, con estos curso podrá hacerlo y al mismo tiempo mejorará su estado físico", continuó.

Esta innovadora idea cumple tres años y ha tenido una buena aceptación por parte del público antofagastino, que se siente atraída con la música típica de la zona.

"Al comienzo las personas me preguntaban qué era esta idea, pero cuando hacían la clase se daban cuenta que era totalmente diferente a lo que pensaban. El folclor tiene que modernizarse para no morir", finalizó este profesor de educación física amante del folclor.

El nuevo proyecto que tiene motivado a Michael Oyanedel tiene relación al trabajo que comenzará a realizar con la agrupación antofagastina Mistika Show.

Hablar de Jonathan Alejandro Bolados Segovia es referirse a uno de los atletas más importantes en cuento a logros comunales durante el 2016.

Con 30 años, este calameño y estudiante de Geología en la Universidad Católica del Norte es actualmente el campeón nacional de Chile en 800 metros planos,no solo en el ámbito universitario sino que también profesional, con grandes victorias en diversas carreras desarrolladas durante el año.

Comenzó sus estudios en el Colegio D-37 de Calama para luego pasar al Liceo Eleuterio Ramírez de la capital de la Provincia El Loa, donde se inició en el ámbito deportivo, especialmente en el atletismo que se fue transformando en su pasión.

Durante su carrera deportiva se ha caracterizado por ganar constantemente los torneos Universitarios y de la Liga Deportiva de la Educación Superior, obteniendo recientemente dos medallas de oro en 800 y 1.500 metros.

También ha participado en los Iberoamericanos de Río de Janeiro como representante nacional y en los Juegos Paralímpicos de Brasil como lazarillo.

Su primer gran título fue quedarse con la prueba de 23 kilómetros de la Carrera Internacional de Cross de Montaña Mountain Do, realizada el año 2013 en San Pedro de Atacama.

En el mismo año se quedó con los 800 metros en el Nacional Universitario que se desarrolló en Santiago, además de obtener el cuarto lugar en los 1.500 metros.

El 2014 también sería fructífero para Jonathan Bolados, comenzado a consagrarse como el mejor de Chile en los 800 metros al repetir en título de la especialidad en el Nacional Universitario con su mejor marca personal hasta ese momento de 1:52'78.

Durante el 2015 iría mejorando paulatinamente sus tiempos luego de competir en el Gran Prix Sudamericano, el certamen Orlando Guaita y el Campeonato Nacional Adulto, donde finalizó en la tercera ubicación con un tiempo de 1:50'90''.

Ya el 2016 fue simplemente de confirmación de los buenos resultados obtenidos. En mayo se quedó con el sexto lugar en el Iberoamericano disputado en Río de Janeiro, para luego volver a Chile y triunfar en el Nacional Universitario.