Eliseo Subiela
Temáticas relacionadas con el enfrentamiento del ser humano consigo mismo que lo derivan a la locura sustentado por los problemas que la sociedad impone al individuo apabullado por la vida.
Es el fundamento de la cinematografía del director argentino Eliseo Subiela quien falleció en Navidad dejando una obra señera por su compromiso con el ciudadano.
Muchos habrán visto dos de sus mejores creaciones cinematográficas: "Un Hombre Mirando el Sudeste" (1985) y "El Lado Oscuro del Corazón" (1992)
Subiela obtuvo su primer reconocimiento en el Tercer Festival Internacional de Cine Aficionado de Viña del Mar, año 1965, con su primer filme "Un Largo Silencio" (1963). Sólo tenía 18 años y estuvo en Chile recibiendo ese premio con un estupor adolescente.
El jurado lo distinguió "por la fuerza expresiva que ha logrado a través de sus imágenes y por la novedosa búsqueda de un lenguaje cinematográfico".
Manolo de Val escribió en "La Estrella de Valparaíso", hace 51 años: "Documental humano y social que penetra en el mundo de la locura, con su angustia y su horrible drama. Es de una tristeza como pocas veces se ha visto en el cine".
Lautaro Murúa, actor chileno que vivió en Antofagasta en los 50 del siglo XX, se transformó en elemento fundamental del nuevo cine argentino en los 60, como actor predilecto de Leopoldo Torre Nilson y realizador de dos óptimos filmes bonaerenses: "Shunko"(1959) y "Alias Gardelito"(1960) las mejores películas de esos años en Argentina. Ambas prohibidas en Chile por el gobierno de Jorge Alessandri.
Murúa es el narrador de "Un Largo Silencio" junto a la actriz María Vaner, esposa de Leonardo Favio, emblemático realizador cinematográfico. Los tres apoyaron al creador en esa primera experiencia de cine que serviría para que Subiela plasmara 20 años después "Un Hombre Mirando al Sudeste", filmada en un manicomio sustentando la locura del ser humano.
Chile y un creador como Lautaro Murúa, que recorrió las calles de Antofagasta, fueron fundamentales para Eliseo Subiela que murió esta Navidad…para vivir para siempre.
Osman Cortés Argandoña