2016: el año de las sorpresas
No cabe duda que el aumento de los nacionalismos y el triunfo del Brexit y Donald Trump son los hechos más sorprendentes del ejercicio que ya termina. En lo económico tampoco fue un período fácil, en especial para Antofagasta y las regiones del Norte que vieron mermada su competitividad por la caída en los precios del cobre y otros metales.
El año 2016 fue un año complejo y entendemos que deberemos habituarnos a ejercicios y procesos difíciles de entender. Con ciudadanos más empoderados e instituciones que sufren los cuestionamientos propios de un mundo más interconectado, crítico, prejuicioso y desconfiado.
¿Pero cómo definir 2016? ¿Qué tuvo de distinto este año? Es probable que la respuesta esté en el mundo desarrollado, específicamente en el Reino Unido y Estados Unidos, donde ocurrieron dos hechos sorprendentes y que parecen ser el síntoma de un resentimiento bastante larvado, al tiempo que el origen del final de la globalización tal cual la conocemos. Hablamos del Brexit y el triunfo de Donald Trump, dos hechos distintos, pero que responden a situaciones similares: la incomodidad de lo que parece el hombre común con el desarrollo de lo que conocemos como modernidad.
Probablemente no es un fenómeno tan profundo como para hacer crisis, pero sí es una especie de alerta respecto al repliegue que los estados han tenido ante lo público. Esto en ningún caso significa que las decisiones tomadas por británicos y norteamericanos son la solución al asunto, pero sí -debe repetirse- que equivocadamente o no, estamos en presencia de una molestia más grande que lo advertido.
Lo inquietante del asunto es la búsqueda de responsabilidades y nuevamente, el otro, el distinto, el extranjero, aparece como el responsable de los descalabros nacionales. Así entendemos que en Gran Bretaña y Europa aumentan los nacionalismos y EE.UU. apela a mayores controles sobre los inmigrantes, con la amenaza de un muro en la frontera mexicana como punta de lanza de los mensajes.
Esto también lo observamos en Chile y nuestra Región de Antofagasta, donde parece instalarse un sentir antiglobalización y antiinmigrante, como fenómeno en desarrollo. Es probable que el mundo sea más peligroso, menos tolerante y más veloz en sus cambios, más que nunca en la historia y el pasado está repleto de enseñanzas en todo orden de cosas. Una lectura apropiada de las realidades de hoy, nos puede permitir perfilar mejor qué viene hacia adelante.