Llegado fin de año, comienzan los deseos de un próspero nuevo año. Pero, a la luz de las señales económicas, al parecer nos quedaremos nuevamente sólo en los buenos deseos. Hace unos días, el Banco Central entregó el último informe de política monetaria del presente año, y proyecta un crecimiento de nuestra economía para el 2017 de entre 1,5% y 2,5%. Además, anticipa que el presente año cerrará en sólo 1,5%.
El ministro de Hacienda, por definición el hombre más optimista del país, ha mantenido su proyección de crecimiento de 1,75% para 2016 y 2,25% para 2017. Que el ministro tenga que ver siempre el vaso medio lleno lo refleja en una reciente declaración suya: "Este no ha sido un año de estancamiento, y menos lo va a ser el próximo año. La economía sigue creciendo, lo cierto es que crece poco y eso no deja a nadie contento, pero es crecimiento al fin y al cabo".
Por cierto, omite decir que crecemos muy por debajo del potencial de nuestra economía, la cual, el Banco Central estima de entre 3% y 3,5%. Pésimo para quienes aspiran a salir de su situación de pobreza. De todas maneras, ambas proyecciones, tanto del Banco Central como de Hacienda, ya nos anticipan que el próximo año no será mejor que el que termina.
Si las proyecciones se cumplen, este período de 2014 a 2017 de la Presidenta Bachelet será el de menor crecimiento desde los años 90. Lejano del 7,3% del Presidente Aywin; por debajo de los de los presidentes Frei y Lagos, que lograron promedios de 5,2% y 4,7% respectivamente; de la misma Presidenta Bachelet en su primer gobierno, que fue de 3,3%; y también muy por debajo del Presidente Piñera, que alcanzó un promedio de 5,3%.
¿Antofagasta en todo esto? Observemos que de esta caída en la inversión, es la minería la mayor responsable, con una caída del 50% en su cartera de inversiones en tres años, y no se espera mejores números sino hasta 2019.
¿El próximo año se prevé que cambiarán las condiciones para disminuir desconfianzas y revertir el ciclo de bajas inversiones? Los factores externos y, principalmente, los próximos procesos políticos junto a la incertidumbre que ello agrega a la economía no lo hacen viable.
Aún así, sólo queda desear un próspero Año Nuevo.
Antonio Sánchez
Director Cámara de Comercio de Antofagasta