P. Flores/ C. Castro
Ivania Astudillo es una estudiante de Enfermería a quien siempre le atrajo la idea de tatuarse, pero la responsabilidad que demanda su carrera y las exigencias de su trabajo le llevaron a postergar este anhelo.
Sin embargo, fue su madre quien le incentivó este verano a grabar un diseño en su piel. "No me lo esperaba de ella, pero fue lindo. Nos hicimos un tatuaje las dos muy simbólico y que me ayudó con esta tarea personal que tenía pendiente", dijo la joven.
El caso de Ivania, al igual que otros cientos de antofagastinos, refleja la desinhibición que tiene la ciudad en torno a este arte durante los últimos cuatro años, lo que desató un verdadero 'boom' de tatuajes.
Moda
Si bien esta práctica data desde los tiempos de la era agrícola de los pueblos (7.000 A.C.) y su aplicación abarca a la mayoría de las antiguas culturas, su presencia en Antofagasta es relativamente corta, según coinciden los expertos dedicados a esta técnica.
Sergio Torres, tatuador de 'Kopawe Estudio', quien lleva más de 10 años en el rubro, relató que si bien no puede precisar el año cuando la demanda comenzó a crecer, este fenómeno fue gradual.
"Hay demasiado público. Los tatuadores van 'viento en popa' y eso se puede ver por los tantos locales que se están abriendo en la ciudad", explicó.
'Temores'
Asimismo, el tatuador Julio Vidal, precisó que las trabas de los antofagastinos al momentos de tomar esta decisión principalmente por su trabajo.
"Muchas personas temen ser sacadas de su trabajo o no ser contratados si es que llegan a tatuarse, pero últimamente ha prevalecido el tatuaje por sobre los tabúes. Ya no existe el viejo prejuicio de que el tatuado es peligroso o distinto. Ahora es de lo más común", precisó
En la ciudad existen más de 20 locales para este arte y una decena más que no están autorizados. El grabar un diseño en la piel no ha sido sólo cosa de los más jóvenes, sino que también atrae hasta personas de la tercera edad.
"Han habido casos de personas mayores que vienen a tatuarse, que quiere experimentar algo nuevo. También llegan muchos en familia para ponerse algo que los una. Antes no venían los hijos con sus mamás. Ahora son las madres quienes los traen", relató Sergio Torres.
En tanto, Paul Urquiza, tatuador de la tienda 'Bad Fish', comentó que el verano no es la mejor fecha para tatuarse, sin embargo, es la más lucrativa para quienes se dedican a tatuar.
"Sube mucho la clientela durante la temporada estival, ya que todos quieren ir a la playa y exhibir sus diseños, pero hay que entender que la sobreexposición al sol puede dañar mucho no sólo el tatuaje, sino que la piel. Por eso hay que evitar el sol", advirtió.
12 meses de espera es lo que recomiendan a una persona que se haya hecho un tatuaje antes de donar sangre. Esto por anomalías que pueda tener en el torrente sanguíneo.
$70 mil cuesta en promedio un tatuaje a color y con las dimensiones de la palma de una mano. Si bien el valor varía dependiendo el tatuador, los más económicos llegan a los $20 mil.
4 semanas deben esperarse después de un tatuaje para bañarse en playas o piscinas, siendo también recomendable evitar exponer el grabado al sol.