El calentamiento global, la contaminación, la afectación de la fauna y flora marina y de nuestras reservas naturales y los altos índices de patologías clínicas como el cáncer que presenta nuestra zona, son factores que nos llaman a transformar la manera de gestionar el medio ambiente en nuestra ciudad.

Una de nuestras prioridades ha sido el cuidado del medio ambiente y la recuperación de espacios públicos. Es por ello que estamos ejecutando proyectos como la construcción de relleno sanitario y centro de disposición final de residuos sólidos domiciliarios y planta de tratamiento de Chaqueta Blanca, el cambio total de las lámparas tradicionales de alumbrado público por luminarias de uso eficiente, la instalación de paneles fotovoltaicos en los edificios municipales y el programa de desincentivo del uso de las bolsas plásticas en nuestra ciudad.

Queremos avanzar para convertirnos en una ciudad inteligente, eficiente y sustentable, que esté a la vanguardia de la gestión ambiental y que entregue calidad de vida.

Pero la única manera para que el cambio ocurra, se logra dando pasos firmes y señales concretas. Hace algunos días tuve la oportunidad de llegar hasta la sede del Senado donde solicité mediante un oficio al presidente de la Comisión Especial de Zonas Extremas, Antonio Horvath, la reactivación del trámite del proyecto de ley que regulará el uso de las bolsas plásticas, además de incluir a Antofagasta dentro de esta iniciativa. El congresista acogió nuestra solicitud y la próxima sesión de la Comisión se realizará en nuestra ciudad.

El próximo 1 de febrero entrará a regir el plan piloto de desincentivo de uso de las bolsas en nuestra ciudad, para lo cual hemos llegado a acuerdos con los supermercados para que solo se distribuyan inicialmente un máximo seis bolsas por compra, e ir disminuyendo gradualmente hasta eliminar su uso por completo. Todos nos debemos concientizar sobre los efectos que genera el plástico en nuestros ecosistemas, el cual causa un daño irreversible y es muy difícil que pueda existir una regeneración, ya que cada bolsa demora en biodegradarse hasta 400 años.

En promedio una persona usa 200 bolsas al año y a nivel comunal se producen 60 millones de bolsas anualmente, una cifra preocupante teniendo presente que en nuestro país cerca de 200 especies naturales se ven afectadas por la contaminación que este tipo de plástico genera. Queremos que en un corto plazo Antofagasta sea un ejemplo nacional y esto los podremos lograr con el esfuerzo de todos.

Karen Rojo Venegas

Alcaldesa de Antofagasta