En enero
Es en enero y lejos de su patria, que fallece la chilenísima Gabriela Mistral. En enero también nace y muere el chilenísimo Vicente Huidobro. Y, un día 18 del mismo mes nace un hijo de Hispanoamérica que será un grande de la lengua castellana: Rubén Darío
Innecesario me parece referirme a modernismo en esta breve nota. Lo importante, sin embargo, es que en algún momento se entendió y se comprobó que Rubén Darío no era solo cisnes y princesas, sino que en su poesía estaban presentes, como tan bien lo expresa Roberto Fernández Retamar: "el ilogicismo, el desmantelamiento en la cohesión, lo inconsciente y lo anormal, la tensión, propios de la poesía moderna; la ampliación de lo decible, una abolición de las censuras morales que prepara el terreno a la desenvoltura expresiva de Vallejo y Neruda. Hay en su poesía humor, prosaísmo, y esa marca inconfundible de la poesía moderna [ ] La voz nocturna de Darío, que se siente resonar en Trilce y Poemas humanos, en las dos primeras Residencia en la tierra, acaso en Altazor, seguramente en los póstumos Últimos poemas de Huidobro. Y también, mas allá de la vanguardia, en el posvanguardismo y en la poesía que vino después". (texto: Rubén Darío en las modernidades de nuestra América)
"Todo lo renovó Darío" dice Borges, refiriéndose al vocabulario, la métrica, la magia de ciertas palabras. Admite que "incluso quienes lo combatimos, comprendemos hoy que lo continuamos".
Rara vez se lee a Darío completo. Sus cuentos, adelantados en forma y contenido: Tanathopia, D.Q., Verónica, Huitzilopoxtli y tantos otros. Rara vez se capta la firmeza de su protesta política: "¿Seremos entregados a los bárbaros fieros? / ¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?"
Habrá celebraciones en Nicaragua por los 150 años del nacimiento de Rubén Darío. Quizá nosotros diremos las palabras de Huidobro: "Rubén, puedes dormir tranquilo…tu nombre seguirá escrito entre dos estrellas", pero con seguridad, sí recordaremos que nuestro Andrés Sabella aprendió a leer, con sus tías Martina y Delfina, en "Prosas Profanas".
Cecilia Castillo