C. Castro Orozco
Una desagradable sorpresa tuvo el ciclista Karl Álvarez, presidente de la agrupación Antofacleta junto a sus seis acompañantes, cuando en junio del 2016 llegó pedaleando hasta el famoso 'desierto florido' de La Chimba.
Lo que durante algunos meses fue un verdadero campo de flora silvestre, donde los faldeos de los cerros de la quebrada estaban tupidos de brillante césped en los cuales destacaban las nolanas -tradicional flor de color violeta que crece en las costas desérticas-, ahora era un campo de bolsas desechables.
De hecho, el colorido panorama que presentaba este basural a lo lejos hizo pensar a los integrantes de Antofacleta que la diversidad de especies se había multiplicado y florecido. Tuvieron que llegar para comprobar que sólo eran bolsas plásticas enganchadas a ramas marchitas.
"Fue triste. Nosotros queríamos ver este campo florido que había dejado las lluvias de marzo (del 2016), sin embargo nos encontramos con todo plagado de basura", contó el deportista.
La agrupación tomó fotografías y las publicó en Twitter denunciando lo ocurrido. En cosa de días, el acontecimiento ya era noticia nacional. El 'campo de bolsas' de Antofagasta sólo reafirmaba el problema que por años acompaña a la ciudad. La basura.
Justo a un costado de la quebrada La Chimba, ubicada a 15 kilómetros al norte de Antofagasta, también está ubicado el basural de Antofagasta.
Las hipótesis apuntan a que las bolsas fueron impulsadas por efecto del viento hasta la naciente fauna, tapando a la mayoría y ahogándolas hasta marchitar las especies.
Hoy, a más de siete meses del acontecimiento, el panorama no cambia. Miles o millones de estos desechos vuelan en el sector. A la redonda no es posible encontrar una planta viva, pero sí miles arbustos secos en cuyas marchitas ramas penden viejas y nuevas bolsas.
Impacto
Para el biólogo de la Universidad de Antofagasta, doctor Carlos Guerra, el daño que generan los plásticos al medio ambiente puede dividirse en dos.
"Existe primero un daño directo en la planta, que consta de que las bolsas se enganchen en sus ramitas, las cuales están en proceso de germinación de semillas. Al pillarse, estas hacen vibrar a la planta por el efecto del viento y la 'poda', impidiendo su desarrollo total", explicó Guerra.
También el experto ve una segunda consecuencia, que puede ser más severa, debido a que corroe a nivel molecular.
"Después hay un impacto químico. Es difícil que las bolsas se degraden, porque estas presentan moléculas que no tienen las condiciones para ser biodegradadas. Cada fragmento queda en el ecosistema llegando hasta la molécula, y éstos como no son parte de los sistemas naturales, dañan los procesos bioquímicos en plantas y animales", aseguró el facultativo.
Vertiente
Asimismo, en el extremo sur de Antofagasta, está ubicado el sector 'Las Vertientes', tras la población Coviefi. Estas aguas diáfanas que bajan por la quebrada generaron todo un ecosistema a su alrededor, no obstante también las bolsas amenazan con su existencia.
El investigador y académico de la Universidad Católica del Norte (UCN), Martín Thiel, quien en septiembre publicó un revelador estudio que develó que Antofagasta tiene las playas más sucias de Chile, precisó el impacto de las bolsas en este tipo de ecosistema.
"El daño es obvio, pero también depende de las cantidades acumuladas de desechos que se generen, pues si son grandes pueden causar un daño mayor. Estas pueden tapar los fondos marinos, matando tanto flora y fauna", reconoció.
Hace una semana, el municipio local junto a la agrupación Antofagasta Verde puso en marcha un plan piloto para terminar paulatinamente con el uso de las bolsas plásticas.
La idea consta de entregar a cada cliente de los supermercado sólo seis unidades. La iniciativa será evaluada en cinco meses más.
No obstante, para el biólogo Carlos Guerra, este tema debe es una responsabilidad compartida en la cual cada persona debe hacer suyo el problema para acabar con el número de bolsas que actualmente ahoga la escasa flora de la ciudad.
"Hay gente que cree que recicla por reutilizar plásticos, bolsas y botellas, pero lo único que hace jugar con el desecho, porque tarde o temprano, el macetero hecho a base de botellas volverá a la basura. Lo que se debe hacer es dejar de utilizar estos productos que dañan la belleza natural que tiene nuestro hábitat", opinó.