En su informe de política monetaria de diciembre de 2015, el Banco Central proyectaba un crecimiento de la economía para el 2016 de entre 2% y 3%. Hacienda, también a fines de 2015, concordaba con el Banco Central, proyectando una cifra de 2,75%. Ese fue el porcentaje utilizado para el cálculo del presupuesto de la nación de 2016, pero hoy sabemos que sólo creció un paupérrimo 1,5%.
A principios de 2016, el ministro de Hacienda nos decía que la economía iría de menos a más, pero lamentablemente no fue así; cerramos con el peor trimestre del año. En el informe de proyecciones económicas para América Latina y el Caribe del FMI de enero pasado, ubican a Chile como el país de menor crecimiento de la región el 2016. Sólo superamos a los tres países que se encuentran en recesión: Brasil, Argentina y Venezuela. Para el presente año, la proyección del Banco Central no mejora mucho lo del año pasado; proyecta un crecimiento de entre 1,5 a 2,5%. BBVA acaba de bajar la proyección del presente año a un magro 1,6%. Es claro que en nuestro país lo que ha influenciado fuertemente la economía a la baja es el deterioro del precio del cobre, sin embargo, hoy la economía mundial no está sufriendo una crisis. Entonces, ¿qué estamos haciendo mal?
El factor que ha mermado el crecimiento y principalmente la inversión es la desconfianza, generado por una serie de acontecimientos en el ámbito político y empresarial. El Indicador Mensual de Confianza Empresarial que realiza la Universidad Adolfo Ibáñez e ICARE cerró el 2016 con el peor promedio desde la creación de ese indicador: a enero del presente año, ya son 34 meses seguidos en rango pesimista. Si no logramos superar esos niveles de desconfianza, difícilmente nuestra economía podrá salir de la mediocridad,
Vienen carreras presidenciales y parlamentarias ya lanzadas, y se agrega la natural incertidumbre de no saber cuáles serán, qué pensarán y cómo actuarán las futuras autoridades. A ello se suma el reciente anuncio del Partido Radical, de incrementar el impuesto al cobre como una medida para la reconstrucción de las zonas afectadas por los incendios. El candidato Guillier, ante el rechazo transversal que tal propuesta produjo, salió a desmentirlo inmediatamente.
A pesar de ello, queda sobre la mesa si medidas como ésas son las que su equipo está pensando. De ser así, la mediocridad económica se acentuará y la esperanza de disminuir la pobreza se transformará en tragedia para miles de personas.
Antonio Sánchez
Director de la Cámara de Comercio de Antofagasta