Cristián Venegas M.
Las divisiones Chuquicamata, Gabriela Mistral y Radomiro Tomic de Codelco han implementado una serie de soluciones innovadoras y tecnológicas, principalmente de la mano de la robótica y la biotecnología, que mejoraron sus resultados productivos gracias a la recuperación de cobre con microorganismos, y la seguridad, disminuyendo el riesgo y los accidentes de los trabajadores.
TotoSpector1
En términos de seguridad destaca la experiencia de "TotoSpector1" de la división Gabriela Mistral, robot cuya función es la inspección visual de problemas en espacios confinados como chutes, tolvas, correas y liners de desgaste, entre otros. Lo que hace innecesario el ingreso de operarios de mantención a instalaciones con cargas suspendidas de mineral que suponen riesgos.
Hoy, es el dispositivo que gracias a sus cámaras de inspección y navegación, iluminación propia, ruedas de poliuretano y comunicación inalámbrica; la que entrega información del área y sus posibles peligros para los trabajadores. Sistema que además permite que hasta cinco expertos puedan analizar la información al mismo tiempo a través de las imágenes de alta resolución, logrando análisis más completos y precisos.
Brazo robótico
RT también se ha sumado la utilización de equipos robotizados, es el caso de gipper que toma y posiciona los cátodos, cuyo objetivo es evitar a los operarios la difícil, y potencialmente peligrosa, tarea de mover las enormes y pesadas placas de cobre.
Este robot está equipado con sensores especiales y un efectivo sistema de comunicación, que logra por sí solo levantar y mover los cátodos, manteniendo la sincronía del proceso, ya que es capaz de coordinarse con las máquinas despegadoras automáticas ya existentes.
Esta tecnología no sólo protege a los trabajadores y disminuye los tiempos de operación, también evita espacios vacíos en la ubicación de placas base, e impide el maltrato en las placas de acero.
Limpiezas peligrosas
Con el objetivo de facilitar las tareas de limpieza en la siderúrgica, Codelco ha implementado dos soluciones automatizadas. La primera se enfoca en los horno de tostación de molibdeno. Para ello la máquina se sincroniza con la rotación del horno en movimiento, en orden de limpiar a cabalidad el espacio entre los dientes de éstas.
El dispositivo, implementado en la división Chuquicamata, cuenta con otras cuatro herramientas para limpiar otras zonas específicas.
Su utilización ha facilitado la tarea de los operadores, además de fijar la periodicidad de la limpieza, que a su vez permite un mejor transporte de cargas al interior del horno.
Un segundo sistema es el punzado y tratamiento de escoria. Este robot es completamente autónomo en su operación y no sólo limpia el canal de descarga del horno Flash, sino que también quema los desechos y toma muestras, reemplazando automáticamente sus herramientas al final de cada tarea. Sus operaciones son controladas por un panel independiente, que además puede ser comandado desde una sala de control.
La utilización de esta tecnología en Chuquicamata es beneficiosa sobre todo para los trabajadores, pues los protege de trabajar a altas temperaturas, pero también disminuye los costos operacionales y ayuda a establecer un flujo continuo de escoria, aumentando la vida útil de los equipos.
Bacterias
En Codelco explican que si bien el proceso de recuperar cobre a través de microorganismos existe desde la antigüedad, la idea de biolixiviación fue reconocida sólo a finales de los '40, cuando científicos estadounidenses lograron caracterizar los primeros microorganismos asociados. Actualmente la industria minera continúa perfeccionando la técnica para aumentar su eficacia.
En 2014 la búsqueda de ese objetivo llevó a Codelco, en asociación con su filial Biosigma, a realizar una prueba industrial para demostrar la efectividad de una nueva técnica de biolixiviación, que utiliza bacterias capaces de disolver hierro y azufre.
Para desarrollar la prueba se juntaron dos pilas de 25 mil toneladas de mineral, cuyo contenido de 70% de cobre se encontraba en la forma de minerales sulfurados primarios, específicamente calcopirita y bornita.
El 50% fue tratado con la solución de BioSigma y el otro con la estandarizada a nivel mundial. Tras un año la tecnología logró recuperar un 30% más de cobre fino y disminuyó los ciclos de biolixiviación a la mitad. Este proceso actualmente se aplica en la división Radomiro Tomic.