Willy Briceño R.
"Abrirse a los capitales externos, a la banca privada y dejar de esperar la ayuda de Codelco", fueron tal vez las últimas apreciaciones que entregó el presidente de Club Deportes Cobreloa, Gerardo Mella Fernández, quien falleció a las pocas horas de dar a conocer a través de un contacto telefónico con este medio de comunicación sobre la visión del futuro pensando en la crisis económica que enfrenta la institución minera.
Sus palabras reflejaron el sentimiento de permanente lucha y búsqueda de recursos para salir de la incómoda posición financiera en la que se encuentra el club.
Mella estuvo al mando de la institución minera en dos etapas, 2003-2006, época donde comenzó el cambio en la dirección de la organización deportiva, pasando de la administración de las jefaturas Rol "A" al "B" de Codelco, y en la actualidad, con un equipo prácticamente en la quiebra producto de los errores administrativos registrados en el último tiempo, sumado a la magra campaña deportiva de los "Zorros del Desierto" que derivaron en su descenso a la Primera "B".
Dulce y agraz
Sin duda, que en todo minuto este dirigente que vivió momentos dulces -en el 2003 el equipo consiguió el título de Apertura y Clausura, y en 2004 el de Clausura- y de agraz, estuvo siempre pendiente del acontecer al interior de la institución loína, tanto es así, que siempre estaba atento a responder los contactos telefónicos, tal como aconteció el martes 4 de abril, antes del mediodía, cuando a través de la línea, en circunstancias que se sometía a una sesión de quimioterapia entregó su apreciación en torno al futuro económico de Cobreloa que nació como un gigante y que podría desaparecer de continuar en esta senda de insuficiencia económica en el mediano y largo plazo.
Al momento de responder, uno de los presidentes más exitosos de la escuadra naranja, se encontraba totalmente lúcido y con la fuerza necesaria para indicarle a la enfermera que concurrió a revisar el tratamiento que el lunes tenía hora con el doctor para conocer si continuaba con los mismos medicamentos o sufriría algún cambio en la prescripción.
En la ocasión, manifestó que aún hay algunos dirigentes que esperan que la empresa minera estatal aporte para que la institución salga de la difícil situación en la que se encuentra en la actualidad, pero que él estaba por continuar mirando hacia adelante, y buscar en la banca privada los recursos económicos para mantener vigente a esta institución que en lo personal representaba otro amor en su vida, al cual no quería dejar morir.
4 días de reuniones
En los cuatro días que permaneció en Calama, durante la semana pasada, Gerardo Mella Fernández, cuestionado y criticado por algunos sectores de la comunidad, se reunió con el plantel y cuerpo técnico, solicitándole una mayor entrega en el campo de juego para terminar en la medianía de la tabla de posiciones (35 puntos), con los dirigentes y también con los integrantes de los movimientos que buscan cambios en los estatutos de la tienda naranja, logrando en algunos temas el consenso de aquellos que observan el panorama más oscuro o claro de acuerdo al involucramiento en la realidad de la institución.
Tal vez esta instancia sirvió para dialogar con amigos y despedirse de alguna forma, tal como lo indicó en el contacto telefónico cuando se realizaba la quimioterapia en la Clínica Indisa, y al igual que lo planteó en la conversación desarrollada en la sede del club en Calama, donde manifestó que "uno tiene que morirse en algún momento, pero que esperaba que no fuera muy luego".
Lo demás es conocido, ya que después de abandonar dicho recinto de salud, se descompensó y a raíz de los problemas de insuficiencia cardiaca que presentaba no logró superar la barrera de los 69 años, complicado por el tema de las células cancerígenas que se le presentaron en el pulmón derecho en forma más agresiva de lo esperado, las cuales no era posible intervenir quirúrgicamente por el problema al corazón que no era menor a esta altura de la enfermedad.
La vida de este hombre estuvo ligada al trabajo en la empresa minera, que decidió abandonar para enfrentar con éxito una crisis financiera en el ámbito del comercio establecido, ya que en forma simultánea era comerciante en la comuna.
Además de su gran pasión por el club que ayudó a conformar desde sus inicios, donde en la primera ocasión que pudo decidió postularse para ocupar un cargo directivo que lo llevó en primera instancia a ser presidente de la comisión fútbol, y posteriormente de Cobreloa entre el 2003-2006, que coincidió con el año naranja, al ganar el Apertura y Clausura 2003 y el Clausura 2004.