Enorme preocupación causa en grandes sectores de la sociedad nacional, lo que podríamos denominar como progresiva destrucción de las instituciones del país. Por lo pronto los ejes fundamentales del Estado: El gobierno, los tribunales de justicia y el Parlamento, por lejos el más alicaído.
Pero no debemos ser ciegos: El general de los estamentos ha visto minado su apoyo y la confianza que la población tiene depositada allí. Al tiempo es también efectivo que se trata de un fenómeno mundial que tiene uno de sus muy buenos ejemplos en las presidencias sudamericanas.
Chile, Brasil, Argentina, Perú, Uruguay, Venezuela, sino todas las primeras magistraturas del continente, encuentran más rechazo que apoyo, más críticas que aliento, lo que no siempre tiene que ver con errores de las administraciones, sino con mayores exigencias de la civilidad y ciertamente con menos paciencia a la hora de exigir los resultados.
Por cierto hay responsabilidad de los "afectados" también. La clase política, por ejemplo, no parece muy sensible a lo que la sociedad demanda y permanentemente cae en errores, o se descubren sus vicios, como en los casos de relación entre el poder del dinero.
Antes hemos escrito que la esfera del consumo y consecuencialmente del consumidor, se ha apoderado de muchas áreas de nuestra cotidianeidad y así parece funcionar aquí también.
Pero debemos convenir en que éste es un mal proceso, nefasto para el desarrollo de cualquier territorio, en tanto la desconfianza carcome los ordenamientos desde dentro, abriendo posibilidades reales a populismos o la pérdida del espíritu más democrático.
¿Podemos seguir de esta manera?
Indudablemente, no. Y tampoco -para construir país- nos sirve el mero ejercicio de intentar una respuesta. Chile, y en especial la clase política debe hacer un esfuerzo por comprender y hacer acciones efectivas para de una vez, comenzar a torcer el fenómeno. Pero como éste debe ser un trabajo conjunto también es tarea de la población entender que seguir por este camino no nos llevará a nada positivo, y los ejemplos vecinos están a la vista.