Ataque de EE.UU. marca punto de inflexión en la guerra en Siria
CONFLICTO. Washington aseguró que está preparado para "hacer más", aunque dijo esperar que Al Assad haya captado el mensaje de advertencia.
Los misiles que cayeron la madrugada de ayer sobre una base aérea de Siria llevaban un mensaje claro para el Presidente Bashar al Assad: el uso de armas químicas generará una intervención militar estadounidense. El resultado de esa advertencia es más difuso: Al Assad está afianzado en el poder y en condiciones de seguir lanzando ataques químicos. Pero analistas coinciden en que el lanzamiento de 59 misiles Tomahawk desde el Mediterráneo hasta la base donde Washington cree que se originó el ataque químico de esta semana marca un punto de inflexión en la guerra civil siria.
Acción disuasiva
El Presidente Donald Trump dijo que el objetivo de la acción militar es disuasivo. Desde el Gobierno indicaron que se eligió la base aérea de Shayrat para impedir que sea usada como punto de partida de ataques como el de esta semana. EE.UU. no está en guerra con Siria, por ahora al menos. La intervención fue muy limitada y dejó abierta la puerta para que las cosas no pasen a mayores, si Al Assad cambia de actitud. Washington anunció ayer, en el Consejo de Seguridad de la ONU, que está listo para "hacer más" en Siria si es que es necesario.
La andanada de misiles genera interrogantes acerca de adónde se encamina la política de EE.UU. hacia Siria, luego que Trump cambiara una posición de no intervención. La semana pasada Trump había dicho que la partida de Al Assad ya no era una prioridad y que EE.UU. enfocaba sus esfuerzos en derrotar al Estado Islámico. El jueves pareció apoyar un compromiso de responder a cualquier uso de armas de destrucción masiva por parte del régimen sirio. "Es vital para los intereses nacionales de EE.UU. prevenir y disuadir del uso de armas químicas mortales", expresó Trump.
Esas declaraciones conllevan riesgos, según un análisis de AP. Ningún funcionario dijo que la amenaza del uso de armas químicas haya desaparecido y si Al Assad reincide, a EE.UU. podría no quedarle otra opción que aumentar sus acciones.
El vocero del Pentágono Jeff Davis dijo que todavía analizan el resultado del ataque y expresó su esperanza de que Al Assad haya captado el mensaje. Esto plantea la posibilidad de que el líder sirio obligue a EE.UU. a involucrarse más en una guerra civil que generó la peor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial. Con Obama, EE.UU. trató de mantenerse al margen. Enfrentarse con el Gobierno sirio abre la posibilidad de que Damasco responda con la fuerza. Eso genera nuevos peligros para las fuerzas estadounidenses que libran una guerra aparte contra el EI. La reacción de Al Assad es imprevisible. "Un ataque contra una base aérea puede bastar para disuadirlo de volver a usar gas sarín, pero no afectará sus ataques contra civiles y hospitales", sostuvo Jennifer Cafarella, experta del Instituto para Estudios de la Guerra.
Deseoso de no generar tensiones con Moscú, los estadounidenses les informaron a los rusos que lanzarían esos misiles y les pidieron que no interviniesen. Pero dijeron poco acerca de Irán, un país que podría responder de distintas formas.