Patricio Vega Contreras
Sólo unos pocos científicos en el mundo pueden contar que un asteroide lleva su apellido en su honor, y éste es el caso del astrónomo chileno Mario Hamuy Wackenhut (56 años).
El Premio Nacional de Ciencias 2015 tiene un extenso currículum en descubrir supernovas, en su labor como académico de la Universidad de Chile y ser el presidente de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt).
Su mundo está en constante movimiento y su objetivo es aterrizar los diferentes aspectos de la ciencia a las aplicaciones diarias de los chilenos y antofagastinos, destacando que el Desierto de Atacama es una plataforma bendecida para la observación del Universo.
Pero este astrónomo también tiene la responsabilidad de articular el futuro Ministerio de Ciencia y Tecnología anunciado por la Presidenta Michelle Bachelet, que debería ser el gran salto del país en materia de innovación y desarrollo para los próximos años.
De visita en Antofagasta en el marco del Festival Puerto de Ideas, Hamuy entregó algunos conceptos para tener en cuenta y cómo el desierto puede ser un enorme laboratorio para la investigación de minerales, energía y astronomía.
Astronomía
¿Cuál es el potencial astronómico de la región con Paranal, ALMA y próximamente el E-ELT?
-Bueno, es algo increíble. Viene el telescopio de 40 metros de diámetro y con ello Antofagasta se transforma en un polo mundial de la astronomía. Algo muy importante es que Conicyt administra una concesión de Bienes Nacionales de 36 mil hectáreas, que es el Parque Astronómico de Atacama ubicado alrededor de ALMA. La idea es que aquí puedan instalarse otros proyectos.
¿Siente que en Antofagasta falta mayor divulgación de la condición privilegiada de sus cielos?
-Contamos con dos grupos bastante fuertes que están en la Universidad de Antofagasta y la Universidad Católica del Norte. Ambos realizan mucha divulgación con los centros de la región. Los cielos chilenos no sólo debieran ser para los astrónomos, sino también para los ingenieros. La ciencia tiene que llegar a la gente, porque es financiada por todos nosotros y es importante que la sociedad se apropie del trabajo de los científicos.
¿Y cuándo tendremos un observatorio chileno?
-En este momento, hay cinco proyectos dando vueltas. En el Parque Astronómico sería ideal que Chile pueda desarrollar sus nuevas tecnologías. Tener tu propio telescopio significa que tú manejas tu propia agenda, esto es en tiempo de observación.
¿El ciudadano común y corriente se pregunta en qué le benefician estos centros?
-En todas las aplicaciones tecnológicas. Por ejemplo, el GPS es una aplicación que tiene más de 100 años y que viene de la Teoría de la Relatividad de Einstein. Las aplicaciones de la ciencia están presentes todos los días en nuestro quehacer. Las resonancias magnéticas son resultado de un estudio astronómico.
Salto al desarrollo
Mario Hamuy es de hablar pausado y didáctico. Admite que hace tiempo no venía a la ciudad y se asombra de algunos cambios observados en Antofagasta. El principal objetivo de su visita es promocionar la ciencia.
¿En qué va la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología anunciado por la Presidenta?
-El año pasado trabajamos en un comité ejecutivo. Logramos elaborar el proyecto de ley y la Presidenta lo firmó el 16 de enero para su discusión en el Parlamento. En estos momentos está en eso y esperamos que debute este año. Lo importante es que en abril se vote en general en la comisión y luego pase a la sala para votaciones en general.
¿Este nuevo ministerio cambiará el destino del país?
-Este ministerio definirá el desarrollo de las políticas públicas de los próximos años en la ciencia e innovación. Esto cambiará la matriz productiva de nuestro país, será el gran salto al desarrollo de nuestro país. Dentro del aparato del Estado, este ministerio debe ser el cerebro de Chile.
¿Y qué pasará con Conicyt?
-Pasa a integrarse el ministerio como su servicio, como el brazo ejecutor de las políticas científicas.
Científicos
Uno de los grandes problemas del país es la fuga de científicos al extranjero. ¿Cómo se pretende revertir y qué incentivos pueden utilizarse?
-Cuando uno tenga una política bien definida de cara a lo que viene, ya sea en universidades nacionales o en el extranjero, dejaremos de tener el actual problema que tienen los becarios, que cuando vuelven a Chile no encuentran trabajo. ¿Por qué? Porque no hubo una política y simplemente se dejó a la demanda.
Otro tema que siempre preocupa es la situación de los científicos de regiones...
-Ahí hay un gran salto que vamos a dar, pues Conicyt no tiene presencia regional. El ministerio, en cambio, contempla la figura de seremis en macrozonas, a fin de optimizar esta estrategia y desarrollar polos específicos. La macrozona norte tiene en común el Desierto de Atacama y bajo esos parámetros delinearemos las estrategias. Tiene litio, cobre, observatorios, energía y radiación.
¿Cuál será la diferencia en 20 años si tenemos un ministerio o si seguimos sólo con Conicyt?
-Creo que este ministerio es clave para el país, más allá de los minerales y los recursos naturales que tiene Chile. Logrará potenciar un desarrollo a uno más sustentable en base al talento y la materia gris.
COBRE
¿Qué pasará con el valor agregado del cobre?
-El tema minero debe ser algo estratégico para el país y así lo hemos recogido. Este es un tema prioritario para nosotros. Hoy enviamos concentrado y China lo toma y saca todos los otros metales. Tenemos que pensar qué vamos a hacer con el litio, hacemos baterías o nos asociamos con algo.
¿Pero cómo se articula todo esto?
-Me imagino un gran centro de investigación en minería en el Desierto de Atacama, pero un centro de verdad. Hoy cometemos el error de llamar centros a redes de investigación.
¿Antofagasta con sus recursos minerales, matriz energética y astronomía será prioridad para el futuro ministerio?
-Absolutamente. Con un ministerio vamos a tener una institucionalidad y poner una mirada a largo plazo, con una estrategia definida, con un Conicyt que ejecute y con representación regional. Tenemos una bendición de tener un país con más de 4 mil kilómetros de largo, tenemos una diversidad para la ciencia.
Contaminación lumínica
¿Falta mayor conexión con las autoridades y la comunidad, sobre todo cuando hablamos de la contaminación lumínica? -Yo partí trabajando en el tema de la contaminación lumínica en 1994. El que instaló el tema en Chile fue el director del Observatorio Tololo (Cuarta Región), un inglés. Lo que hicimos fue trabajar con la Municipalidad de Vicuña, ahí logramos cambiar las luminarias de mercurio, blancas, por las de sodio y que apuntaran hacia abajo. Lo mismo se hizo en Coquimbo y La Serena. El problema es que ahora llega la tecnología Led. Esta emite luz donde el ojo no ve, por lo tanto se pierde y es poco eficiente.