El libro que recobra los años perdidos de Selva Almada
La autora argentina habla sobre "El desapego es una manera de querernos", que irrumpió en librerías a fines del verano y que reúne diez años de narrativa previa a su éxito editorial. El periodista y escritor Patricio Jara acaba de publicar "South American Joe", la historia del antofagastino Jack Adams, un joven que sin el permiso de su padre combatió por los ingleses para eliminar las armas más destructivas del Tercer Reich.P2-3 Premiada en la Berlinale y protagonizada por Daniela Vega, llega a las salas locales la quinta película realizada por Sebastián Lelio.P4
El volumen, que llegó a librerías del país a fines del verano, compila obras previas con pequeñas alteraciones, algunos textos a pedido, narraciones de una muy diferente extensión, pero en todos ellos convive la impronta que vuelve a esta autora singular: el ambiente del interior argentino. "El desapego es una manera de querernos" resulta, entonces, la revelación de lo que no conocíamos de Almada, ordena los años perdidos o lo que demora en revelarse un talento capaz de convertir un partido de fútbol amateur en un absurdo catalizado por un transexual.
-Este libro resume los diez años previos a tu éxito editorial, que explican largamente tu estilo. ¿Cuánto tiempo te tomó formar esa impronta?
-Creo que la voz de un escritor está siempre construyéndose. Releo estos relatos y encuentro elementos que fui trabajando más conscientemente en las novelas, por ejemplo. Entre que empecé a escribir y escribí el primero de estos relatos, pasaron más de diez años. Fueron años de ejercitación, de experimentación, relatos que nunca publiqué y creo que no publicaría, pero que son una parte muy importante, de alguna manera me ayudaron a encontrar un camino en mi propia escritura.
-El estilo parece muy adecuado a los escenarios de tus narraciones. ¿Qué viene primero, la definición de estilo o de lugar?
-A mí me interesa mucho recuperar las marcas orales de la lengua e incorporarlas como un elemento poético en la narrativa. En el caso de buena parte de los relatos del libro, son relatos autobiográficos, así que el lugar, la geografía de esos textos estuvo definida de inmediato: eran historias que transcurrían en el sitio donde nací y me crié. Así que lo que vos llamás "estilo" y yo prefiero llamar "voz" estuvo determinada por esa elección.
-¿Por qué elegiste estos ambientes?
-Porque creo que hay en esos personajes, en esas maneras de vivir, en esos paisajes, una potencia narrativa enorme que no encuentro en la urbe. Los autores que más me gustan trabajan también la ruralidad, la periferia: Horacio Quiroga, Daniel Moyano, Sara Gallardo, Haroldo Conti.
-Has publicado poesía y distintos formatos de prosa. ¿En qué género te sientes más cómoda?
-Mi paso por la poesía fue muy fugaz: soy muy mala poeta. Me gusta escribir narrativa y dentro de la narrativa he transitado el relato, la novela, la no ficción y esos formatos me gustan muchísimo. No me siento cómoda en ninguno. El día que me sienta cómoda con la escritura creo que debería dejar de escribir. Escribir tiene que ser incómodo o no tiene mucho sentido para mí.
-Al crear un escenario literario fuera de Buenos Aires, ¿cómo fue la recepción de tu obra?
-Vivo en Buenos Aires hace 17 años y siempre publiqué en Buenos Aires, excepto mis primeros relatos, que los publiqué en un semanario entrerriano (de Entre Ríos). De todos modos mis primeros libros pasaron completamente desapercibidos, por eso también decidimos con la editora hacer una selección de relatos de esos primeros libros y relatos que habían salido sueltos por allí y armar esta antología.
-Participaste en antologías de fútbol, donde es una salida a la violencia de la comunidad, que incluso en ese afán anula diferencias habitualmente discriminatorias. ¿Cuál es el efecto del fútbol que permite todo eso?
-La verdad es que no me gusta el fútbol. Escribí dos relatos para dos antologías y acepté hacerlo justamente porque no me interesa el fútbol, era una especie de desafío. Así que no sabría responderte, no sé por qué a la gente le gusta tanto. A mí me parece violento. Justo ahora hay varios casos en los noticieros de padres que se violentan en los partidos de fútbol de sus hijos pequeños. Uno de estos padres golpeó a un árbitro y lo mató. Pero la sociedad es violenta, vivir en sociedad es violento, así que creo que eso lo explica bastante.
-¿Con qué autores de su tradición nacional te sientes vinculada?
-Bueno, a los que mencioné agregaría dos poetas enormes: Juan L. Ortíz y Arnaldo Calveyra.
-El año pasado falleció Alberto Laiseca, ¿cómo eran sus talleres?
-La relación que tuve con Laiseca fue fundamental para mí. Allí encontré amor, compañía, respeto. No me imagino qué escritora habría sido yo sin "Lai" y sin los amigos entrañables que conocí en sus talleres. Él me enseñó a tener paciencia y a construir una obra. No a escribir un libro, sino a pensar en una obra.
-Tu libro "Chicas muertas" mantuvo la memoria de mujeres que no tuvieron justicia. ¿Cómo puede colaborar el arte a los derechos de la mujer?
-Creo que desmontar el aparato de la misoginia y el patriarcado será una empresa enorme y que no se podrá hacer si cada uno de nosotros no lo asume como un problema propio. No sé cómo podría colaborar el arte, pero los artistas, hombres y mujeres, en sus casas y en las calles, seguro podrán hacer mucho. Hay que pensar en qué medida cada uno de nosotros colabora en mantener este estado de cosas y actuar en consecuencia. La violencia de género es un problema cultural, nuestros estados nacionales participan de ella constantemente, son cómplice de los varones violentos. Llevará tiempo.
-¿Podrías contarnos algo del libro que preparas sobre el rodaje de "Zama" -adaptación cinematográfica sobre la novela de Antonio Di Benedetto (1977)-, que se estrenará en junio de este año?
-El libro ya está listo y se llama "El mono en el remolino", en homenaje a tal vez uno de los comienzos más hermosos de la literatura argentina, que es el comienzo de "Zama". Decidimos darle el subtítulo de "Notas sobre el rodaje de Zama". A mí y a la editora nos pareció más acertado. Son textos breves, bastante líricos, impresiones personales. Es un libro raro y me costó mucho encontrarle la forma. A mí me gusta mucho cómo quedó.
la argentina selva almada recorrió un camino de diez años de relatos hasta hallar su escritura propia.
La muerte de un chileno en la Segunda Guerra Mundial
Selva Almada
Random House
304 páginas
$14.000
"El desapego es una manera de querernos"
"Una mujer fantástica" llega para triunfar
Por Cristóbal Carrasco
Alemania, Argentina, Cuba y Chile son los países donde se publicaron los cuentos que reúne "El desapego es una manera de querernos" (Random House), que registró el paso por grandes y pequeñas editoriales en la primera década de carrera como prosista de Selva Almada, escritora argentina que se hizo un nombre con la novela "El viento que arrasa" (Mardulce, 2012) y en la no ficción con "Chicas muertas" (Random House, 2014), entre otros títulos.
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09 de abril de 2017
lisbeth salas