Hace varias semanas fue reinaugurado el mural de la Casa Gibbs y vale la pena volver sobre el asunto para enfatizar algunas ideas. Es una bella obra enclavada en medio de la Costanera Central, que viene a poner en valor la memoria histórica al tener como protagonistas a ilustres personalidades de Antofagasta.
Así, hombres y mujeres del pasado realizan un viaje a la época del "oro blanco", donde colores y formas están conectados gracias a la laboriosidad del artista plástico Luis Núñez y su equipo de trabajo.
Fueron horas de dedicación y esfuerzo para restaurar una enorme superficie de pintura que sufrió los rigores del paso del tiempo y la exposición a la radiación ultravioleta. Tras ocho años desde su primera entrega, hoy recobra la luminosidad de todo el entorno.
Las figuras de Lenka Franulic, el doctor Antonio Rendic, Andrés Sabella, José Santos Ossa y Mario Bahamonde, entre otras, dan vida a una obra que está a disposición de todos, invitando a los antofagastinos y visitantes a contemplar el trabajo.
Aquí hay horas de talento al servicio de la ciudad y de quienes saben apreciar el arte, en un contexto patrimonial de edificios que "respiran" la magia del pasado y que también se entrecruza con la modernidad de la Costanera.
La restauración del mural demoró dos meses y medio y tuvo un costo de 45 millones de pesos, recursos que fueron gestionados por la Corporación Pro Antofagasta, a través del 2% del Fondo de Desarrollo Regional (FNDR) de Cultura, además del aporte de la empresa privada, en especial de Rockwood Lithium.
De esta manera, Proa rescata la identidad local y de quienes han sido protagonistas de ella, en un testimonio plasmado en las murallas de este centenario inmueble, dando nueva vida y aprovechando un espacio de alto concurrencia durante todo el año, que además es una atracción turística.
El mural de la Casa Gibbs es una combinación perfecta del arte puesto a disposición de la historia de los antofagastinos. Un colorido viaje por el tiempo y nuestra identidad.