Con la esperanza de resurrección
periodista
deportivo
La noticia nos golpeó como toda partida de quien fue figura de una especialidad deportiva. Por eso a Orlando Etcheberrigaray, sobresaliente cesterio, le recordaremos siempre, con afecto sincero.
Sureño, orgulloso de su Río Bueno, sobresalió con los colores de Universidad Católica mientras estudiaba ingeniería comercial. De manos certeras, sorpresivos cambios de dirección, marca fuerte y hábil con el balón, se ganó una titularidad en la UC a despecho de su baja estatura. Y, además, fue olímpico, una verdadera distinción. En Melbourne 56, despedida de nuestro baloncesto de la cita de los cinco anillos. Porque ya han pasado seis décadas y no se vislumbran esperanzas de un retorno cercano.
Desde 1936 hasta ese año, Chile registró a 45 jugadores en las cuatro citas a las que concurrió. Solo siete en Berlín en el debut de este deporte en la magna justa, 15 para Londres el 48, 12 en Helsinki el 52 y 11 cuatro años después en la ciudad australiana. Varios nombres se repiten en el recuento, pero hay uno solo que permanece con nosotros: Juan Ostoic, iquiqueño, con presencias el 52 y el 56.
Las ubicaciones fueron destacadas: 10o., sexto, quinto y octavo, respectivamente. Incluso, pudo ir a Roma 60, ya que el sistema antiguo de clasificación le aseguraba un lugar, pero Chile desistió "por no estar adecuadamente preparado", desechando la invitación italiana hecha tras el anuncio de una delegación nacional reducida por causas del terremoto de dicho año.
Lo concreto es que en la actualidad nuestro básquetbol no muestra indicios de recuperación. Se perdieron años -y bienes como el gimnasio "Sabino Aguad" en pleno centro capitalino- sin que emergiera un plan sustentable que mirara en una perspectiva más ambiciosa que el mero decir "presente" en los compromisos internacionales. Hubo alguna esperanza de recuperación con la directiva que acaba de entregar sus cargos, pero no fue capaz siquiera de intentar recobrar los fondos dilapidados...
Sin embargo, asoma un nuevo equipo directivo y retorna el optimismo. Ojalá el básquetbol chileno tenga también su Pascua de Resurrección.
Tito
Norte