La reciente bajada de la carrera presidencial del exPresidente Ricardo Lagos Escobar es probablemente un síntoma de la dinámica en la que entró la política chilena hace bastante rato. Es curioso que Lagos -además de su experiencia como Presidente- haya sido de los pocos, sino el único, que presentó sus ideas en textos variados. Sin embargo, eso no pesó ni en la ciudadanía, considerando el bajo apoyo que tuvo su anhelo, ni en el Partido Socialista, institución de la cual ha sido miembro relevante.
Una de las cosas sorprendentes de este caso es precisamente la destrucción de la imagen pública que tuvo el exJefe de Estado. Sin duda se trata de una figura consular de las últimas tres décadas, particularmente, por su oposición al régimen militar, por lo hecho en la recuperación de la democracia y su trabajo en los gobiernos desde 1990 como ministro y Presidente.
En ese último período, Lagos siguió el desarrollo de sus antecesores, Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz- Tagle, apuntando a la consolidación de la democracia, la normalización de las relaciones con las FF.AA y el empresariado.
Al tiempo, el gobierno del exMandatario consolidó la apertura comercial de Chile, en el entendido que ese camino era el correcto en un mundo que comenzaba a globalizarse. Esa convicción también lo llevó a seguir concretando esfuerzos para la modernización de la infraestructura que definitivamente no estaba preparada: carreteras, puertos, aeropuertos, entre otros, muchos de los cuales fueron concesionados con bastante éxito a privados.
¿Fue malo aquello? No. En absoluto y cualquier juicio en contrario, peca de una falta de visión para entender lo que fue posible y las posibilidades que ese esfuerzo abrió. Al final, Lagos terminó convertido en una especie de dinosaurio, acusado de los prejuicios de parte de una coalición que no ha sabido entender, ni valorar los avances logrados por Chile.
Bien podría decirse que Lagos Escobar fue víctima de aquellos que han resultado más beneficiados por el trabajo realizado en estos últimos 40 años.
Indudablemente con la salida del exMandatario se cierra una parte de la historia nacional reciente.