"Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado. Casi 70 años después recuerdo con nitidez esa magia de traducir las palabras en imágenes", dijo Mario Vargas Llosa, el premio Nobel de Literatura peruano, último latinoamericano en conseguir el galardón.
La lectura hace bien, abre mundos, posibilita el pensamiento crítico, permite viajar con la imaginación y el relato de los escritores; o permite formarnos opinión, cuando se trata de textos de análisis o educativos. La lectura es una conversación que el hombre ha forjado a lo largo de generaciones.
Lo anterior nos sirve para representar el corazón de lo que significa la Feria Internacional del Libro Zicosur de Antofagasta, que hoy abre sus puertas hasta el próximo 7 de mayo.
Es gratificante que esta actividad se haya consolidado en tan breve tiempo, con la excusa de la cultura la literatura y otros temas que no tienen que ver con lo funcional o utilitario. Eso habla muy bien de nuestra sociedad local, tan lacerante en algunos momentos. Antofagasta puede ser más que cobre, es una suma de individuos que quiere saltar a algo más grande, porque las personas son lo más valioso de esta tierra.
Este año Filzic tendrá como país invitado de honor a Colombia. Esto, para que los antofagastinos conozcan parte de una herencia literaria encabezada por el Premio Nobel Gabriel García Márquez y Candelario Obeso. Con ello, la comunidad también tendrá la oportunidad para dejar atrás barreras culturales.
Eso promueve la Filzic lo que es bueno; igual que anexos como los encuentros musicales, carnavales y, en general, el reconocimiento de la cultura nortina y del Zicosur, como parte importante del alma. En tal sentido, este evento ha hecho mucho por la ciudad y la región, al entregarle cultura a la población.
Por todo lo anterior es indispensable que estos espacios tengan garantizada su existencia, para asegurar su consolidación. Y en esto todas las instituciones somos responsables.
La Filzic nos ofrece un bálsamo para encontrarnos con el placer de encontrarnos.