Su historia en el salto alto comenzó cuando tenía 11 años tras ver a una compañera saltar el listón. Tal escena -que recuerda casi como un salto perfecto- lo llevaría a enamorarse de esta exigente especialidad del atletismo. Lamentablemente un tumor benigno no osificante en su fémur izquierdo, lo llevaría a dejar su pasión un año después debido a una intervención quirúrgica donde le extrajeron casi la mitad del hueso.
No obstante, gracias a una prótesis artificial que lo mantuvo sin poder flectar la pierna durante unos meses, Sebastián Rojas volvería a retomar, poco a poco, lo que había dejado congelado en el tiempo mientras se recuperaba. Su medalla de oro al año siguiente -dentro del Torneo Juvenil Soprole, realizado en Iquique-, vislumbraría el camino a seguir.
Hoy, seis años después, es ganador del oro en los Judejut de Bolivia 2017 al registrar un salto de 1.96 metros, suma su décima quinta medalla dorada en lo que ha sido una carrera deportiva con más éxitos que fracasos.
¿Qué es para ti el atletismo?
-El atletismo para mí es muy importante, ha estado presente durante una gran e importante etapa de mi vida. Después de recuperarme me ayudó a entender que podía hacer lo que quería, que en este caso era el salto alto. Me ayudó a fortalecer mi mente y a aprender que con perseverancia, todo se puede.
Prueba de ello fue el oro que ganaste en estos Judejut ¿Cómo asimilas este nuevo logro?
-Estoy muy feliz, para mí el salto alto es mi pasión. Como estoy estudiando cinesiología, sé que no tendré mucho tiempo para dedicarme 100% a este deporte, por lo que haber logrado nuevamente el oro, y haber roto mi marca incluso, que fue lo más grandioso, es algo muy grato para mí, más aún considerando que este es mi último Judejut.
Esta final fue mucho más peleada que la anterior...
Sí, y eso fue lo que me gustó. Porque en Antofagasta no hay tantos saltadores, y los que hay por lo general son atletas que no se dedican sólo al salto alto, tienen otros deportes a los que le dedican más tiempo por lo que el roce no es muy fuerte.
Continuidad
¿Tienes pensado, más adelante, seguir con el salto alto?
-Sí, quiero seguir. Junto a mi entrenador Exequiel Cáceres, tenemos planeado realizar un proyecto para formar una escuela de saltadores, y así seguir potenciando esta categoría del atletismo. Creo que a futuro se puede hacer algo bien bonito al respecto. La idea es tomar a los niños desde chicos para que cuando sean más grandes puedan tener buenos resultados. Igualmente, como deportista, me interesa participar en los nacionales universitarios que se realicen. No quiero dejar de lado este deporte.
¿Alguna vez te interesaste por otro deporte?
-Sí, he pasado por todas las disciplinas, pero me quedé con el salto alto. En algún momento estuve entrenando el salto con garrocha, de hecho en ese tiempo, armamos junto a mi entrenador, un buen proyecto para poder obtener las garrocha, lo enviamos a las autoridades pertinentes, pero no se pudo por temas de fondo y la idea murió. Quedé a medias con eso.
Progreso
¿Crees que en Antofagasta hace falta un poco más de inversión en el atletismo?
-Sí, porque casi todas las inversiones se están yendo al fútbol que es como los más básico del deporte. Si tú te fijas, la pista atlética de Antofagasta no está en buen estado, tiene los medios hoyos y el colchonetón no está en óptimas condiciones. Eso igual desmotiva un poco y a los más chicos, no les llama la atención entrenar en algo así y se van por el fútbol.
Pero igual hay organizaciones que buscan, en la medida que pueden, potenciar el atletismo. Prueba de ello es la delegación que viajó a estas competencias.
-Sí, eso es verdad. Nada que decir del IND, nosotros como deportistas nos sentimos apoyados por este organismo, nos financiaron este viaje y todo lo necesario para poder participar de estas competencias. Eso, como deportista, se agradece mucho. Es el único ente más interesado en desarrollar el atletismo.