El pintor Leonel Herrera Palacios
Leonel Herrera Palacios acaba de fallecer en Antofagasta. Su presencia por distintos períodos en nuestra ciudad nos dio a conocer, en su personal estilo, ecos de la pintura de Ulloa Burgos, un pintor de Santiago que exhibió en la Sala Ercilla en los años 60. Leonel trabajaba temas tradicionales del paisaje costumbrista de la zona central, donde no faltaban notas del abigarrado color de sus coloridas fiestas religiosas en que, al atardecer y al fondo de una callejuela, avanzaba una lenta procesión de fieles y cirios encendidos.
Sin embargo, el paisaje nortino tan distinto, fue renovando en Leonel Herrera su temática sureña, siendo capturado por el imán de las viejas locomotoras del "Longino" que unía Iquique con la Calera, donde se hacia el trasbordo para enfilar hacia Santiago, llegando a la gloriosa Estación Mapocho, desembarcando en el corazón mismo de la capital. Es el tren en que Andrés Sabella, el año 1951, transportó
y exhibió en cada pueblo, en cada ramal de aldea, una exposición de Pintura Moderna Chilena.
Conversando con Herrera acerca de su gusto por las viejas locomotoras, a las que trabajaba envueltas en el polvo y el silencio del desierto, me reveló que para él no eran máquinas en desuso: que, en la estación Baquedano, él las sentía como grandes animales durmiendo una siesta sin término.
Siempre vimos en Leonel un pintor a la antigua, avizorando matices y toques fragmentados de color en todo lo que veía. Siempre me he preguntado en que momento logró dar el paso del verde húmedo del sur, al polvo, a la chusca (polvo finísimo de los caminos de la pampa) y al absoluto silencio del desierto.
Durante años participó con sus coloridas procesiones en los Salones de "Cristo en el Arte" y en las muestras colectivas de "La Plástica Antofagastina". También participó en el concurso pictórico "Pintando un rincón de mi ciudad"
Leonel Herrera Palacios es un pintor que se "convirtió" de los efectismos pictóricos de la zona central al adusto y metafísico paisaje nortino.
¿Fue Leonel Herrera Palacios un "empampado" más?
Waldo Valenzuela