Isabel Allende rescata un cuento que guardó 40 años
Plaza & Janés acaba de lanzar "La ninfa de porcelana", un libro para colorear de la Premio Nacional de Literatura, ilustrado por Ana de Lima. La escritora cuenta que la historia es de 1976, cuando estaba en España.
"Don Cornelio siempre ha ocupado un lugar distinguido en mi corazón. Cuando lo conocí era un caballero miope, vestido con un traje gris con catorce bolsillos. Vivía en una pensión de mi barrio y nosotros, sus vecinos, ajustábamos los relojes cuando él pasaba por la mañana. Jamás se adelantaba ni atrasaba". Así comienza "La ninfa de porcelana" (Plaza & Janés), el nuevo y particular trabajo de Isabel Allende: un cuento ilustrado que se puede colorear y que aparece como un regalo para los lectores, en especial para los que conocen el popular pasatiempo de los mandalas.
El relato está situado en un mundo atemporal, pero reconocible para cualquiera. Con dos o tres trazos, la narradora arma a este hombre gris y predecible, cuya tradicional vida de escribano se verá trastocada, un día de otoño, por la visión de una figura de porcelana dentro del escaparate de un anticuario. Desde que contempla a la ninfa de porcelana, cuyo nombre luego sabrá que es Fantasía, Cornelio no puede dejar de pensar en ella, al punto que altera todas sus rutinas.
Mientras prepara el lanzamiento de su próxima novela, "Más allá del invierno" -será en España-, y entre los ajetreos propios de su vida en Estados Unidos, la premio Nacional de Literatura responde algunas preguntas sobre el volumen para colorear, que ya está en librerías y trae 96 páginas de muy buen gramaje, para garantizar que que no se trasluzcan al colorear. Los dibujosfueron hechos especialmente por la española Ana de Lima, ilustradora y diseñadora textil que, aparte de libros, ha trabajado con sus estampados para marcas como Zara, Adidas y Women'secret.
-¿Cómo, cuándo y dónde surgió este cuento?
-El cuento se llamaba originalmente "La Gorda de Porcelana" y lo escribí a fines de 1976, mucho antes de "La casa de los espíritus" (1981). Estuve en España brevemente en esos años, porque me había escapado con un amante argentino que resultó ser el peor error de mi juventud, y dejé el cuento inédito en la recepción de la editorial Alfaguara. No tuve respuesta y me olvidé del asunto. En 1983, cuando fui a España al lanzamiento de mi primera novela, Michi Strausfeld, editora de Alfaguara, se puso en contacto conmigo y me contó que el cuento había andado dando vueltas por la editorial durante años. Parece que yo no dejé una dirección donde ubicarme. Michi lo publicó con ilustraciones de Fernando Krahn. No me gustó mi texto cuando lo vi publicado, aunque las ilustraciones de Krahn eran encantadoras, y pedí que no se volviera a editar. Así pasaron décadas, hasta que este año surgió la idea en Alemania de publicarlo como regalo a los lectores. De inmediato en Random House Mondadori en Madrid se les ocurrió convertir el cuento en un libro para colorear, que parecen estar de moda. Lo re-escribí y le cambié el nombre, porque la Gorda era un poco ofensivo. La editorial probó diferentes artistas y decidieron -con mi aprobación- que fuera Ana de Lima la encargada de las ilustraciones. Me parece que Ana ha hecho un trabajo precioso en el espíritu y el estilo del texto.
-¿Se ha sumado a la tendencia de colorear libros? ¿Qué le parece como pasatiempo?
-Yo no sabía nada de libros para colorear, pensé que era algo que sólo hacían los niños, hasta hace poco, cuando vi que mi madre y otras personas adultas pasaban horas coloreando mandalas. Me enteré que es bueno para entretenerse y relajarse, como una forma de meditación. No lo he intentado porque soy muy impaciente y terminaría lanzando el librito por la ventana. Mi manera de entretenerme y relajarme no es coloreándolo, sino escribiéndolo.
-¿Conoció a alguien como el protagonista, don Cornelio?
-No conozco a nadie que sea como Don Cornelio, el personaje de "La ninfa de porcelana", pero mi primer suegro era más o menos como él: puntual, meticuloso, responsable, en fin, una vida de rutinas. Él, sin embargo, tenía una esposa adorable y supongo que nunca se sintió solo, como Don Cornelio.
-¿Es la ninfa de porcelana un objeto real que alguna vez vio por ahí?
-La inspiración para la ninfa proviene de una lámpara victoriana que había en la casa de mis padres: un pedestal con las Tres Gracias envueltas en velos de porcelana. La llamábamos "Las Ninfas Caóticas". Era tan cursi, que la familia deseaba deshacerse de la maldita lámpara, pero como era muy fina y valiosa, nadie se atrevía a arremeter contra ella a martillazos. Los niños jugábamos a lanzarla por los aires y cogerla al vuelo en el último instante. Ni así pereció la lámpara. No sé cuál fue su final, creo que simplemente quedó abandonada en alguna parte durante los años del exilio, pero la imagen de esas ninfas en colores pasteles danzando entrelazadas nunca me ha abandonado. Es una pesadilla recurrente.
isabel allende cuenta que el título original del cuento era "la gorda de porcelana", pero decidió cambiarlo.
Isabel Allende
Plaza & Janés
96 páginas
$12.000
"La ninfa de porcelana"
Por Amelia Carvallo
Lori Barra